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8.1 Tipos de desiertos

Existe una amplia gama de desiertos, que se pueden clasificar en función de diversos criterios. Si utilizamos un criterio litológico, podemos establecer la siguiente tipología:

  • desierto rocoso (en árabe, hamada): son grandes extensiones desérticas compuesta por rocas planas, cubiertas de grava, de dimensiones mayores a los seis centímetros.
  • desierto pedregoso (serir): desierto de rocas y guijarros producido por la acción térmica y la erosión eólica, típica del este del Sahara.
Figura 8 e. Desierto rocoso (hamada) (Libia) Figura 8 f. Desierto pedregoso (serir).
  • desierto arenoso (en árabe, erg): resultado de la meteorización de las rocas, que son fragmentadas hasta tener tamaños minúsculos, y la acción del viento.
  • desierto de arena con dunas (barján) en forma de arco;
  • desierto salado o solar, formado por la acumulación de sal tras la evaporación sufrida por una cuenca hidrográfico endorreica.
Figura 8 g. Desierto arenoso. Meseta de Adrar (Mauritania) Figura 8 h. Desierto de sal. Salar de Uyuni, Bolivia

También se pueden clasificar por sus rasgos bioclimáticos y su localización geográfica:

a) Desiertos tropicales y subtropicales: Se explican por la presencia de situaciones anticiclónicas a lo largo de todo el año y forman sendas franjas en las áreas continentales de ambos hemisferios. A este grupo pertenecen el Sahara, el Sirio-Arábigo, los del Thar y de Kalahari (Figura 8 i) o parte del australiano.

b) Desiertos continentales de las latitudes medias: Ocupan amplias extensiones en el centro de Asia desde Mongolia y China (Gobi, Taklamakán) hasta Turkmenistán y las orillas del Mar Caspio (Karakum). También a este tipo pertenecen amplias zonas áridas del Oeste de los EEUU y de Australia. Se caracterizan porque las escasas lluvias veraniegas permiten permiten la existencia de una vegetación difusa con especies como la Artemisia spp, la Tamarix spp (figura 8 j) o el saxaul (Haloxylon ammodendron)

c) Desiertos de América del Norte: a diferencia de los demás, estos desiertos presentan una importante biomasa y constituyen ecosistemas complejos y diversificados. Aparecen especies como el sahuaro (Carnegia gigantea), el árbol de Josué (Yucca brevifolia) y otras cactáceas así como numerosas efímeras, matorrales xerofíticos así como plantas esclerófilas e incluso, en los nichos más favorables, algunos arbolitos muy especializados, helechos y líquenes.

Figura 8 i. Desierto del Kalajari Figura 8 j.  Tamarix gallica

d) Desiertos costeros: Se sitúan en latitudes próximas a los trópicos de las fachadas occidentales de los continentes como Sahara Occidental, Namibia y Australia aunque el más representativo y variado es el de Chile- Perú. Aparecen especies como la Tillandsia, un tipo de epífita que se anclan a cualquier soporte y que absorben el agua que condensa sobre sus hojas.

e) Desiertos australianos: presentan unas características propias, motivadas por tener más precipitaciones, aunque muy irregulares. Su vegetación, de carácter subdesértico, está constituida por especies como la mulga (Acacia aneura) y algunos pequeños eucaliptos (Eucalyptus spp).

f) Desiertos subpolares y de área de montaña: Estas áreas se caracterizan porque a la escasez de agua se unen los efectos de las bajas temperaturas y, en ocasiones, del viento. Pueden situarse o bien en zonas de gran altitud (Tibet, altiplanos andinos) o bien en regiones secas de altas latitudes (Patagonia, algunas áreas de la periferia del Ártico...). La vegetación existente se reduce a líquenes y plantas diminutas.

Figura 8 k. Sahuaro (Carnegia gigantea) Figura 8 l. Desierto del Tibet