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4. La intervención humana y sus consecuencias

La actuación humana sobre la cubierta vegetal comenzó en el momento en el que las sociedades tuvieron necesidad de espacios para la agricultura, lo que repercutió en la fauna, cuyas especies padecieron la progresiva reducción de su hábitat. En España, al igual que en el resto del mundo desarrollado, nunca como hasta ahora la actuación humana ha tenido tanta incidencia ambiental; sin embargo, últimamente se está generalizando la preocupación por el deterioro ambiental. Se aspira a una relación más armónica entre la sociedad y su entorno. Todo ello no es sino la expresión del final del mito del progreso indefinido, que se basó en el consumo indiscriminado de los recursos naturales, y su sustitución por la filosofía que aspira al uso de los bienes que la naturaleza nos ofrece asegurando su renovabilidad en beneficio de las generaciones futuras, es lo que se conoce como desarrollo sostenible.

2.1. La contaminación

El espacio geográfico presenta una fuerte degradación medioambiental, cuyos efectos son evidentes sobre el paisaje. Los problemas que nos afectan son diversos, destacando la contaminación y los producidos por el uso inadecuado del medio y la extracción de sus recursos. Entre los relacionados con la contaminación, podemos señalar:

www.observatoriosostenibilidad.com
  • Destacamos, en primer lugar, el problema de los residuos urbanos e industriales, la mayor parte de éstos peligrosos y tóxicos. Por ello, se imponen medidas como la recogida selectiva de basuras, el compost con vistas al reciclado y posterior reutilización.
Reciclaje de residuos en España. Ecoembes
  • Las aguas residuales, que perjudica la calidad de las aguas fluviales son particularmente graves en las regiones de mayor escasez de precipitaciones. Uno de los grandes retos dentro del Plan Hidrológico Nacional es el aumento de instalación de depuradoras.
Mayores depuradoras españolas. Curiosamente, ocho en la Comunidad de Madrid
  • La atmósfera acusa en forma de contaminación los impactos producidos por las calefacciones, el transporte y la industria. Se trata de una contaminación de clara procedencia urbana.
Índice de Calidad del Aire Nacional. MITECO
  • La contaminación de las aguas marinas, consecuencia de la propia polución de las aguas transportadas por los ríos, de los residuos urbanos, del turismo…

2.2. Uso y explotación de recursos

Entre los problemas medioambientales derivados del uso o explotación de los recursos, podemos destacar los relativos a los impactos causados por las actividades extractivas, las actividades agrarias, los incendios forestales y la concentración en el litoral de diversas actividades.

Panorámica del bosque de sabinas, encinas y carrascas, alterado por los trabajos agrícicolas, desde “El Balconcillo”, mirador natural junto a la localidad de Labros (Guadalajara), en la Red Natura 2000. EFE/Juanjo Guillén
  • El impacto de las actividades extractivas ha dejado una huella imborrable sobre el paisaje.
Minas de Río Tinto (Huelva). Cerro Colorado
  • Los problemas medioambientales ocasionados por la agricultura han experimentado un progresivo aumento. A la deforestación, debemos añadir la alarmante erosión producido por el laboreo intensivo y por la utilización masiva de abonos, fertilizantes…; así como los efectos de la sobreexplotación de acuíferos y de la salinización.

  • Los incendios forestales son hoy la principal causa de pérdida de bosque y monte y de agresión a la fauna. Más de la mitad de los incendios son causados por negligencia o provocados de forma intencionada.
Distribución territorial de los incendios en España
  • El litoral español ha sufrido un desarrollo urbanístico agresivo, especulativo, carente de la más elemental ordenación. Todo ello ha ocasionado el deterioro y la pérdida de sectores de playa, ha interferido la dinámica marina y, en definitiva, ha  alterado un medio de gran valor como éste, en el que convergen atmósfera, litosfera e hidrosfera.

2.3. Concienciación y medidas de conservación

Los procesos y los problemas anteriormente comentados repercuten de modo alarmante en la vida sobre la Tierra, a cuyo empobrecimiento asistimos a diario. Es absolutamente necesario conservar la biodiversidad, entendida como la preservación de la vida en todas las formas. España, por su situación geográfica, dispone de una biodiversidad que se traduce en un patrimonio biológico de singular riqueza. Por ello se hace necesario tomar medidas encaminadas a remediar la situación y mejorar nuestro medio ambiente. España participa de las grandes estrategias mundiales de conservación de la naturaleza, como el Convenio de Ramsar (1971) para la preservación de las zonas húmedas; más recientemente se ha adherido a la Cumbre de Río de Janeiro (1992) sobre biodiversidad. En el año 2002 tiene lugar en Johannesburgo la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible. Se abordan problemas clave del planeta: agua, energía, salud, agricultura y biodiversidad. Se asume la responsabilidad colectiva de promover y fortalecer el desarrollo económico, social y medioambiental, pilares del desarrollo sostenible.

Las iniciativas y políticas medioambientales dentro de la Unión Europea son relativamente recientes. En los textos fundacionales de la Comunidad Económica Europea no existe referencia al medio ambiente; habrá que esperar a la firma del Acta Única (1986) para que se recoja el compromiso por conseguir un medio ambiente mejor. El Tratado de la Unión Europea, en 1992, diseña de forma más específica la política en el ámbito de medio ambiente. En definitiva, la evolución de la política ambiental de la Unión Europea se concretará en la adopción de los problemas medioambientales como una responsabilidad de gobierno de la Unión y en la formulación de medidas y acciones concretas tendentes a la prevención y corrección de la degradación ambiental: cambio climático, preservación de la biodiversidad, protección del medio ambiente y del paisaje, uso sostenible de los recursos naturales…

La protección de la naturaleza en España tiene su antecedente en la Ley de Parques Nacionales de 1916, por la que se declararon los dos primeros parques nacionales de España: Covadonga y Ordesa. Más tarde se promulgó la Ley de Espacios Naturales Protegidos. No obstante, el mayor impulso a la declaración de espacios protegidos ha procedido de la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y la Fauna Silvestre, de 1989. Las dos figuras de protección (lugares concretos del medio natural que, por sus valores estéticos y culturales, son merecedores de una protección especial) más importantes son los parques nacionales y los parques naturales.

Espacios Naturales protegidos de España

Un parque nacional es una categoría de área protegida que permite conservar la riqueza de su flora y su fauna. Frecuentemente presentan áreas con una riqueza excepcional y casi virgen en su flora y fauna con un ecosistema que muchas veces es el último reducto de especies en peligro de extinción: Picos de Europa (Cordillera Cantábrica) Ordesa y Monte Perdido (Pirineos), Cabañeros (Castilla-La Mancha), Tablas de Daimiel (Castilla-La Mancha), Doñana (Andalucía), Sierra Nevada (Cordilleras Béticas)…

En los parques naturales, junto a un medio muy poco transformado por la acción humana, existen importantes valores ambientales que se deben conservar: Timanfaya en Lanzarote, Laguna de Gallocanta en Zaragoza, Ría de Pontevedra, laguna Negra-Urbión en Soria…