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6.3 La tundra

Se trata de un bioma característica del Hemisferio Norte, principalmente, Laponia, norte de Siberia, Alaska y Canadá y costa meridional de Groenlandia, que constituye una franja de transición entre la zona polar y las regiones forestales de latitudes más bajas, una zona donde la dureza del clima condiciona el desarrollo de las plantas y el paisaje queda dominado por las de pequeño porte: arbustos, herbáceas, musgos o líquenes. En el Hemisferio Sur la tundra aparece en áreas del Sur patagónico, algunos puntos del litoral antártico y en varios archipiélagos (Kerguelen, Georgia del Sur...) presentando caracteres más oceánicos.

El factor limitante más importante es el frío que, aunque no llega a la intensidad de la zona polar, si impide que exista un auténtico verano y, por tanto, no pueden desarrollarse bosques. En la tundra ártica los veranos son breves y frescos, los días son muy largos y la insolación es alta, pero aporta poca energía ahí que apenas sirva fundir la nieve. Los inviernos, en cambio, son muy fríos y prolongados manteniéndose las temperaturas medias por debajo de 0ºC hasta ocho meses al año. Durante todo este tiempo el suelo permanece cubierto de nieve que actúa de aislante térmico y protege a la vegetación del viento y de las temperaturas del aire, mucho más bajas. Además, durante la mayor parte del tiempo prácticamente no hay luz y reina una penumbra que basta a los animales, pero es insuficiente para la fotosíntesis.

Figura 6 g. Extensión de la tundra Figura 6 h. Paisaje de tundra (Alaska, EUA)

Las precipitaciones suelen ser escasas y se producen preferentemente en verano. No existe aridez ya que las tasas de evaporación y evapotranspiración son muy bajas a causa de las bajas temperaturas y el ambiente resultante suele ser siempre húmedo en la mayor parte de los lugares.

Las circunstancias anteriores provocan que el periodo vegetativo sea escaso, unos tres meses como máximo.

En esta zona, el subsuelo permanece permanentemente helado en amplias superficies dando lugar al llamado “permafrost”. La “capa activa”, que se deshiela cada verano, es muy delgada y puede reducirse a algunos decímetros lo que dificulta el desarrollo de las raíces, impide la infiltración del agua y produce una saturación del suelo durante la estación estival. Debido a ello, los suelos predominantes son, básicamente, litosoles y criosoles, suelos poco desarrollados y que no favorecen las formaciones vegetales superiores. También aparecen amplias superficies de turberas motivadas por la falta adecuada de drenaje tras el deshielo.

En la tundra la cubierta vegetal es continua y recubre bien el suelo. Su composición varía dependiendo de la localización: mientras que los fondos de valles y zonas llanas suelen ser turbosos y poco favorables para las plantas, las laderas están mejor drenadas y soportan una vegetación más rica. En estos lugares la cubierta vegetal forma un tapiz denso que combina pequeños arbustos, destacando varias especies de abedules y sauces enanos, herbáceas, musgos y líquenes. En el límite meridional de la tundra, donde el verano se va haciendo más largo, hacen su aparición plantas con bayas, sobre todo los arándanos (Vaccinium spp), que tienen una gran importancia por proporcionar un alimento muy energético a numerosos animales. En la zona de transición con el bosque boreal van apareciendo arbustos de mayor porte como los abedules.

En cuanto a la fauna, está bien adaptada a las condiciones extremas de este medio e incluye fitófagos como el buey almizclero (Ovibos moschatus), el reno o caribú (Rangifer tarandus), la liebre ártica (Lepus arcticus) y numerosos roedores que se alimentan de las hierbas o incluso de líquenes de la tundra. Algunas de estas especies son muy gregarias y forman manadas de miles de individuos para realizar sus desplazamientos estacionales. Estas especies sirven como alimento de depredadores como el lobo blanco (Canis lupus arctos), los osos polar y pardo (Ursus maritimus, U. arctos) o el zorro polar (Alopex lagopus) u otros.  Las aves son relativamente abundantes destacando las ligadas a los medios acuáticos como las anátidas (gansos, patos...). Son muy característicos los lagópodos (Lagopus sp) y el buho nival (Bubo scandiacus).

Figura 6 i. Rebaño de renos Figura 6 j. Búho nival