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4.3 Regresión y extinción de especies

Mientras que unas especies aumentan su área de distribución, hay otras que ven reducido su hábitat e incluso pueden extinguirse. Se calcula que, en la actualidad, más de 20.000 especies de plantas (un 6 y 7 % del total) y unas 5200 especies de animales están en vías de extinción en el mundo.

Las causas de esta regresión son diversas:

  • Factores propios de la especie: como la ineficacia de los medios de dispersión, la baja tasa de reproducción, el envejecimiento poblacional, el bajo número de individuos, causas genéticas (empobrecimiento genético, baja variabilidad genética, mal acervo genético, aparición de una mutación negativa, contaminación genética...), tener un área de distribución pequeña (provoca fenómenos endogámicos muy negativos),...
  • Cambios en el Planeta: impacto de meteoritos (extinción de dinosaurios), cambios en la actividad solar, cambios en los ejes de rotación de la Tierra (ciclos de Milanković) o en el campo magnético...
  • Cambios climáticos (excepcionales o progresivos): las alteraciones climáticas motivan la reducción del área de distribución de determinadas especies, como las heladas, la sequía, etc.
  • Catástrofes naturales: como las inundaciones, sequías prolongadas, aludes, terremotos, incendios, la contaminación antrópica o natural, etc.
  • Por un aislamiento geográfico: debido a los movimientos de las placas tectónicas (que originan y desmontan montañas, producen el movimiento de los continentes, cambios en la disposición de mares y océanos...), procesos erosivos, cambios en el relieve...
  • Por la relación con otras especies: la falta de competitividad entre especies puede ser negativa, pero también la excesiva competitividad de una especie con otras puede ser muy perjudicial. Las extensiones de plagas y parásitos (como el olmo, que está en clara regresión en Europa por el efecto de la grafiosis), la presencia de especies invasoras (ver invasiones), y la desigual capacidad competitiva de unas especies frente a otras (como el Juniperus thurifera frente a las Fagaceas) o el aumento de un depredador... pueden suponer grandes problemas para muchas especies.
  • Causas humanas: el ser humano provoca la expansión e invasión de muchas especies, pero también la desaparición y la extinción de muchas otras (la sexta extinción) debido a la expansión de la agricultura, la ganadería, la industria y la minería, la contaminación, la destrucción de espacios naturales, la caza y la sobrepesca, la explotación de mares y océanos, la urbanización e instalación de vías de comunicación y energía, la introducción de especies invasoras, etc. 
Figura 4 r. Olmo afectado por grafiosis Figura 4 s. Teoría de la extinción de los dinosaurios por impacto de meteoritos

El caso extremo de la regresión de las especies es la extinción de dicha especie. La extinción de las especies no es un fenómeno actual, sino que es un proceso biológico que aparece con la propia vida. Se estima que el 99% de las especies que han aparecido en la Tierra se han extinto. Normalmente las especies tiene una media de vida de unos diez millones de años de media, si bien, algunas especies duran bastante menos como la especie Homo habilis duró solamente unos 700.000 años y el Homo ergaster unos 1,4 millones. No obstante, hay algunas especies, denominadas fósiles vivientes, que sobreviven prácticamente sin cambios durante cientos de millones de años, como los peces celacanto (Latimeria chalumnae y Latimeria menadoensis), los triops, las metasecuoyas o los ginkgos (Ginkgo biloba).

Figura 4 t. Especie extinta: Homo habilis Figura 4 u. Fósil viviente: Ginkgo biloba

La extinción no sólo supone la desaparición de una especie, sino que puede provocar un efecto en cadena que implica a otras especies que dependían de la extinta (cadena de extinción).

Existen diversos tipos de extinción según diferentes criterios. Así, si atendemos a la renovación de las especies, se puede distinguir entre:

  • Extinción con sustitución: una especie es sustituida por otra que compite por el mismo nicho ecológico. Esa sustitución puede ser natural o, como ocurre recientemente, provocado por la intervención humana. Por ejemplo, en Madagascar, la colonización de los europeos ha provocado la extinción de gran parte de la fauna local (lemúridos, aves, tortugas...) y el reemplazo de éstos por animales importados y/o relacionados con el ser humano como perros, cerdos, cabras.
  • Extinciones sin reemplazo: cuando se extingue una especie, no siempre aparece otra para sustituirla. Por ejemplo, ni los trilobites al final del Paleozoico, ni los amonites a finales del Mesozoico, fueron reemplazados.
  • Pseudoextinción: se da cuando desaparece una especie, pero deja especies descendientes (de la misma línea filética) que hayan evolucionado a partir de ella. De esta forma, aunque la especie ascendiente se extinga, su descendiente sigue existiendo. Por ejemplo, se puede decir que el Homo ergaster se pseudoextinguió puesto que dio paso al Homo sapiens, al igual que los dinosaurios dieron paso a las aves.
  • Extinciones de fondo: es la más común, y consiste en la desaparición progresiva de una o varias especies a lo largo de cientos o miles de años hasta no dejar ninguna descendencia.
  • Coextinción: es la pérdida de una especie debido a la extinción de otra a la que estaba asociada. Ejemplo, la pérdida de un herbívoro puede generar el fin de su depredador, o la extinción de una planta puede conllevar a la eliminación de sus insectos polinizadores. Por ejemplo, la causa de la extinción del piojo Rallicola extinctus pudo ser la desaparición del huia (Heteralocha acutirostris), el ave que parasitaba.

En función del espacio que abarque la extinción, podemos distinguir entre: 

  • Extinciones locales: son pequeñas extinciones que afectan a un espacio muy pequeño. Por ejemplo, la construcción de la gran presa china de las Tres Gargantas provocó la extinción (o al menos el declive) del delfín chino de río (Lipotes vexillifer), y otras especies.
  • Extinciones planetarias: son aquellas extinciones que afectan a todo, o a una gran parte del planeta, y en donde son eliminados grandes grupos taxonómicos.

En función del tiempo y el número de taxones a los que afecte las extinciones se dividen en:

  • Extinciones normales: es aquella en que la especie desaparecida no deja ningún tipo de descendencia en ningún lugar, ni con su mismo ADN, ni otro evolucionado. Corresponden al ritmo normal de renovación de la biosfera.
  • Extinciones catastróficas: extinciones que involucran muchos grupos al mismo tiempo. Suceden cada 25 o 30 millones de años. Durante el Fanerozoico hubo unos 20 procesos menores de extinción.
  • Extinciones masivas: extinciones que en un período muy corto de tiempo (a nivel geológico) afectan a un gran número de grupos de seres vivos. Las extinciones masivas corresponden con las 5 grandes extinciones planetarias (más la 6ª extinción provocada por el ser humano), y ocurren cada 50 a 100 millones de años.  
Figura 4 v. Grandes extinciones masivas