6.1 La triada global y China

Desde la aparición del sistema capitalista (que podemos establecer en torno al siglo XVI), el rasgo fundamental de esta economía es la diferenciación que se establece entre los países del denominado centro capitalista y los países de la periferia capitalista, estando los países centrales caracterizados por una combinación de salarios relativamente altos, elevada productividad del trabajo, tecnologías modernas y una producción diversificada, mientras que en los países periféricos se combinarían salarios bajos, una baja productividad, tecnologías rudimentarias y producciones más simples. Según esto, los procesos económicos dominantes en el centro y en la periferia del sistema serían complementarios y se reforzarían mutuamente, otorgando una cierta estabilidad y permanencia a las estructuras territoriales resultantes.

A los países del centro capitalista también se les denomina la "triada económica global" refiriéndose a lasa tres regiones principales del mundo que desempeñan un papel crucial en la economía mundial global actual: América del Norte, Europa Occidental y Asia Oriental (Japón y Corea del Sur). Esta configuración tiene unas raíces históricas y no tiene un marco fijo establecido. Ha ido cambiando a medida que unas regiones iban cobrando protagonismo en tanto que otras retrocedían. En la actualidad, serían las siguientes: 

1. América del Norte: Esta región incluye Estados Unidos y Canadá. La economía de América del Norte es una de las más grandes y desarrolladas del mundo. Estados Unidos es la principal potencia económica mundial, tal y como podemos apreciar en la tabla 1, con una economía diversificada y altamente industrializada. Si bien tuvo una hegemonía indiscutible en los años 1945-1975, en la actualidad ha perdido peso relativo en la economía mundial. Canadá tiene una economía basada en recursos naturales y una fuerte relación comercial con Estados Unidos. en este bloque podemos incluir también a México, que posee una economía muy pujante, pero muy dependiente de EEUU y con graves problemas de consolidación política.  

2. Europa Occidental: Esta región incluye los países de la Unión Europea, así como otros países europeos como Reino Unido, Noruega y Suiza. La Unión Europea es una de las mayores áreas de libre comercio del mundo y tiene una economía altamente integrada. La región se destaca por su sector industrial avanzado, sus servicios financieros y su fuerte enfoque en la innovación tecnológica. Además, Europa Occidental tiene una rica historia comercial y una fuerte presencia en los mercados globales.

3. Asia Oriental: Esta región incluye países como Japón, Corea del Sur y Taiwán. Asia Oriental se ha convertido en una de las regiones económicas más dinámicas y de mayor crecimiento en las últimas décadas. Japón ha sido tradicionalmente una potencia económica con una importante industria manufacturera y tecnológica pero que desde hace algunos años presenta una economía estancada con muy poco crecimiento y graves problemas demográficos derivado de un importante envejecimiento de su población. Corea del Sur y Taiwán tiene una economía en crecimiento constante basada en los sectores de las  nuevas  tecnologías y de electrónica.

La interacción económica entre estas tres regiones es fundamental para la economía mundial. Existe un alto grado de intercambio comercial, inversión extranjera directa y cooperación económica entre ellas. Además, la competencia y la colaboración entre estos bloques económicos influyen en la dirección de la economía global y tienen implicaciones significativas para el comercio, las finanzas y la política internacional.

Es importante destacar que la triada económica global no es estática y está sujeta a cambios. el más importante de ellos es la aparición de China como gran potencia económica mundial. El crecimiento económico registrado por China desde que empiezan a ponerse en práctica las reformas liberalizadoras de Deng Xiaoping en 1978 ha sido impresionante: entre 1978 y 2020, el valor de su PIB ha crecido a una tasa anual media del 9,2%. El PIB pc (medido a precios constantes de 2011) pasaba de 381 $ a 10.370 $, al tiempo que la población crecía de 956 a 1.411 millones de personas (Banco Mundial, 2022). Este crecimiento se ha basado en una economía volcada hacia el mercado externo, de promoción de las exportaciones, aprovechando los bajos costes laborales y ventajas fiscales y arancelarias. Además, el Estado ha tenido un papel proactivo para acelerar una dotación de infraestructuras básicas (energía y transporte) acorde con los objetivos de desarrollo. Este modelo económico, basado en el control político por parte del partido comunista china, y una economía en la que conviven los sectores privados y público ("capitalismo de estado"). Igualmente, el gobierno chino ha favorecido la inversión extranjera (con la consiguiente deslocalización industrial en los países del centro), atraída por los bajos costes de la mano de obra. Por otro lado, su política económica se ha dirigido a la exportación de productos finales a los mercados de la Unión Europea y Estados Unidos, con los que China mantiene abultados superávits. Este impulso ha convertido a China ya en la primera economía mundial y con algunas de las principales empresas mundiales. 

Figura 06 c. Crecimiento económico de China respecto a otras economías mundiales.

No obstante, China se enfrenta a importantes desafíos, como son, por un lado, el fuerte incremento de las desigualdades sociales que ha acompañado al proceso de desarrollo. Esta desigualdad tiene mucho que ver con la fractura existente entre campo y ciudad y entre un litoral muy denso, urbano y rico y unas regiones interiores más rurales y atrasadas. Por otro lado, China se enfrenta a un enorme problema demográfico, como efecto retardado de la política de hijo único implantada en 1979 y que no fue abandonada hasta 2015. La población china envejece a un ritmo considerable de tal forma que China corre el riesgo de ser un país viejo antes que ser rico.