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3.1 Las infraestructuras y las obras públicas

Figura 12 b. Construcción de infraestructuras públicas

Las infraestructuras son las bases físicas o materiales con las que cuenta un país o sociedad para el desarrollo de sus actividades productivas en un territorio. Por su parte, el término obra pública, designa a los elementos construidos, ya sean infraestructuras o edificios, destinados a prestar servicio a la comunidad, y que se deben a la iniciativa de la administración pública, por oposición a las obras privadas. En ocasiones, se tiende a confundir dos conceptos muy parecidos: obra públicaobra civil. Una obra pública siempre será civil, ya que integra infraestructuras, servicios y edificaciones que están planificados y ejecutados con miras a beneficiar a los ciudadanos. No obstante, una obra civil puede ser pública o privada, es decir, que puede estar promovida por una empresa no gubernamental y no estar financiada por fondos públicos. 

Existe una amplia variedad de infraestructuras, cada una de las cuales desempeña funciones diferentes en la organización espacial de los territorios. La clasificación más usual es la siguiente:

  • Infraestructuras de transporte o comunicación: viarias o carreteras, ferroviarias, portuarias y aeroportuarias.
  • Infraestructuras hidráulicas: dedicadas al tratamiento en conjunto del agua como recurso, incluyendo su almacenamiento, conducción, potabilización, suministro, depuración de aguas residuales y evacuación.
Figura 12 c. Infraestructura viaria: autopista Figura 12 d. Infraestructura hidráulica: embalse
  • Infraestructuras energéticas: en general se pueden subdividir entre: 
    • Instalaciones de generación de energía: centrales térmicas (a partir de diferentes combustibles), centrales nucleares, e instalaciones de energías renovables (hidroeléctrica, eólica, termosolar, fotoeléctrica, biomasa, mareomotriz y geotérmica).
    • Instalaciones de almacenamiento y transformación: depósitos, refinerías, plantas de licuefacción de gas natural.
Figura 12 e. Central nuclear de Tihange (Bélgica) Figura 12 f. Refinería de petróleo
  • Instalaciones de transporte y distribución: redes eléctricas, oleoductos, gasoductos.
  • Infraestructuras de gestión de residuos sólidos: dirigidas fundamentalmente a los residuos sólidos urbanos, aunque también incluyen los derivados de algunas actividades productivas, de carácter industrial, minero o agrícola.
  • Infraestructuras de telecomunicaciones: engloban el conjunto de instalaciones para la emisión, difusión y captación de información, ya sea en forma de datos, imagen o sonido, a través de medios de telecomunicación, es decir, sin soporte físico de unión entre emisores y receptores.
Figura 12 g. Oleoducto Figura 12 h. Planta de tratamiento de residuos sólidos


La importancia de las infraestructuras en el funcionamiento de los sistemas productivos es un hecho totalmente constado, debido a:,

  1. Modifican el potencial de desarrollo de un territorio, entendiendo dicho potencial como el conjunto de recursos materiales, económicos, institucionales, sociales y culturales presentes en el mismo.
  2. Permiten incrementar la productividad de los factores de producción privados (capital y trabajo fundamentalmente), repercutiendo en la mejora del tejido económico del territorio.
  3. Modifican la organización espacial de la economía, marcando ascensos y caídas en la importancia relativa de los territorios. 
  4. Sirven para articular el territorio y/o remarcar la importancia de unas zonas sobre otras (por la disponibilidad de recursos, la conectividad con otros territorios, etc.,)
  5. Permiten la eliminación de los denominados estrangulamientos productivos (obstáculos a la llegada de inputs o salida de productos, insuficiencia de dotación energética o de recursos naturales como el agua).
  6. Posibilitan la especialización regional derivada de la mayor capacidad de aprovechamiento de recursos endógenos.
  7. El desarrollo de economías de aglomeración, como consecuencia de una mayor capacidad de los territorios de conectar su economía interna con el entorno, maximizando sus beneficios.

Debido a estos efectos, la construcción de infraestructuras se ha considerado como uno de los instrumentos más importantes para el fomento del desarrollo territorial. De hecho, la construcción de infraestructuras ha ocupado un papel protagonista, a partir de la década de 1930 y hasta la actualidad, en todas las políticas regionales denominadas como keynesianas o neokeynesianas. Dichas políticas defienden la idea de que los Estados deben de invertir en infraestructuras por sus efectos positivos en el tejido productivo a medio/largo plazo, ya señalados, sino también por el impacto que su construcción ejerce como medida de choque para relanzar la demanda en situaciones de crisis económica y para la generación de empleo derivado de dicha inversión.

Figura 12 i. Las inversiones en infraestructuras (como las del plan TVA en EUA) posibilitaron salir de la crisis de los años 30.

 El carácter público de la inversión se hace ineludible dado su elevado coste de construcción, así como su amplio ciclo vital que prolonga notablemente los plazos de recuperación de la inversión realizada. 

Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta sobre la inversión pública en infraestructuras es que las zonas más desarrolladas de un país generan una fuerte demanda de infraestructuras, dada la concentración de actividades y población en las mismas, y si esta demanda se satisface inducen a la localización de nuevas actividades, en un círculo de retroalimentación que a la larga acentuará los desequilibrios interregionales. Por el contrario, las áreas menos desarrolladas presentarán menor nivel de actividad, y por tanto una menor demanda de infraestructuras si se atiende a criterios exclusivamente de eficiencia en las inversiones públicas, pese a que en su caso la dotación de infraestructuras se percibe como instrumento para iniciar procesos de desarrollo.

Figura 12 j. Localización de Zonas logísticas en España. La periferia frente a la España interior.

Según Fernández Tabales (en Alonso y otros, 2022) esta dialéctica, que se mueve entre el criterio de eficiencia si se priorizan las áreas más desarrolladas y rentables, y el criterio de equidad si se atiende preferencialmente a los espacios más necesitados e infradotados, define el debate ideológico esencial en el que se sitúan las diferentes administraciones públicas en este campo, desde sus inicios hasta la actualidad. 

A pesar de lo dicho, es preciso señalar que la construcción de infraestructuras no conlleva una garantía de desarrollo territorial en todos los casos y de manera directa e inmediata. Ello es así ya que los procesos de desarrollo son evoluciones históricas, de largo recorrido y de notable complejidad, en los que además de los aspectos físicos intervienen decisivamente otros, tales como los contextos institucionales, estructura social o tradiciones culturales, que deben acompañar e interrelacionarse con las mejoras en el capital físico territorial que representan las infraestructuras. en ocasiones, la construcción de ciertas infraestructuras no producen los efectos señalados pero si conllevan un fuerte endeudamiento para los territorios que impiden un desarrollo más adecuado a su potencial endógeno. Como ejemplo, podemos señalar las infraestructuras deficitarias que se han construido en la última década en España como los aeropuertos de Ciudad Real, Huesca o Castellón, algunas infraestructuras culturales (Ciudad de la  Cultura, Santiago de Compostela) o algunas de la autopistas radiales de Madrid.

Despilfarro en infraestructuras en España. Figura 12 k. Aeropuerto de Ciudad Real; Figura 12 l. Ciudad de la cultura, Santiago de Compostela.

En la siguiente infografía, podemos ver como se distribuye el gasto en infraestructuras en España para el año 2021.

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