
3. La construcción

La construcción junto a la industria, constituye el grueso del sector secundario. Es, además, una actividad fundamental en el desarrollo de los territorios, tanto por sus efectos económicos (por sus múltiples relaciones con otros sectores o su naturaleza de soporte fijo para todos los restantes), sociales (por su capacidad de generación de empleos y productor del bien social de la vivienda), y estrictamente territoriales (como elemento base para la articulación territorial y su incidencia ambiental y paisajística). La construcción representa una proporción muy considerable del PIB mundial, alcanzando el 13% del mismo en 2019 (Banco. Mundial, 2020). Además, presenta una especificidad desde el punto de vista geográfico, dada su ubicuidad espacial y movilidad permanente (sus centros de producción son temporales, dependiendo del ritmo de inicio y finalización de las obras); todo lo cual hace ineludible su consideración en el marco disciplinar de la Geografía Económica.
La construcción como actividad económica comprende el conjunto de operaciones destinadas a erigir, rehabilitar o renovar edificaciones y obras públicas. En general se divide en dos subsectores, la edificación y la obra civil o pública.
- La edificación engloba las actividades relacionadas con la construcción en inmuebles, ya sean éstos viviendas o edificios dedicados a actividades productivas o de servicios públicos.
- La obra civil o pública recoge las actividades relacionadas con la construcción de infraestructuras, en sus diferentes tipos o modalidades.
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