
2.8 Los paisajes industriales

La acción del ser humano sobre el territorio ha dado como resultado una realidad física, social y cultural, que se refleja en los paisajes Los paisajes industriales son el reflejo, concretamente, de la actividad industrial en el espacio geográfico. Son por tanto paisajes artificiales, espacios que han sido transformados por la actividad humana. La presencia en el paisaje de infraestructuras de gran escala como ferrocarriles, plantas industriales, presas, plataformas, viaductos, y otras construcciones ha ido modificando a lo largo del tiempo la forma los territorios, estructurándolos, marcándolos y definiendo un paisaje específico como resultado de dicha actividad industrial.
Su capacidad transformadora también se refleja a menor escala, a través de intervenciones más sutiles, selectivas y puntuales, representadas por elementos muchos más icónicos como puentes, molinos, chimeneas, etc. Estos elementos son determinantes en muchos de los paisajes culturales más valiosos, haciéndolos, en muchas ocasiones, elementos definidores del paisaje.
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Figura 10. Paisajes industriales. c. "El chimeneón de Carbonell", córdoba; y d. Antigua Azucarera Montañesa, Torrelavega (Cantabria). |
Muchos de los paisajes que hoy nos rodean tienen un claro origen industrial. La definición de estos paisajes industriales no responde, en la mayoría de los casos, a un diseño consciente o a una lógica preestablecida, sino que son el resultado de un proceso en el que la necesidad, la contingencia o el azar han determinado su diseño. Tampoco responden a concepto estático, sino dinámico. La obsolescencia de procedimientos y maquinarias, así como los avances tecnológicos, obliga continuamente a sustituir elementos o estructuras por otros que respondan a las nuevas necesidades funcionales y productivas. Es por ello que debemos entender estos paisajes en una evolución constante, donde elementos pertenecientes a momentos históricos distintos se superponen.
Hoy en día, muchos que los edificios que conforman el paisaje industrial han sido abandonados y pueden y deben ser percibidos como elementos del patrimonio cultural y no como ruinas inservibles. Son bienes activos con enormes potencialidades en el ámbito de la arquitectura, el urbanismo y el tratamiento de los paisajes en general, que en muchos casos han sido reutilizados para otros fines diferentes, si bien, en una amplia mayoría, han sido abandonados y destruidos.
La herencia industrial es un recurso que permite realizar acciones de reactivación de la economía ya que estas estructuras son susceptibles de audaces intervenciones que cambian la imagen y la funcionalidad de las ciudades, tanto grandes como pequeñas.
Por su parte, el nuevo urbanismo encuentra en las viejas fábricas el pretexto perfecto para generar espacios de nueva utilización, transformando edificios abandonados en auditorios, museos, centros comerciales o apartamentos de viviendas, todo ello rediseñado con arquitecturas que reinterpretan lo antiguo con lenguajes modernos.
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Figura 10 e. Fondazione Prada (Milán) | Figura 10 f. Strijp-S (antigua fábrica Phillips en Eindhoven, Países Bajos) |
Estos paisajes han ido creciendo en extensión desde el inicio de la Revolución Industrial, y han ido evolucionando desde unos paisajes tradicionales, los denominados “paisajes negros” a los más modernos centros industriales. Veámoslo sucintamente:
1. Paisajes industriales tradicionales o paisajes negros
La primera industrialización se basó en la energía que proporcionaba el carbón, por lo que las principales factorías se ubicaban próximas a las zonas mineras. Las ciudades industriales presentaban una atmósfera contaminada, llena de humos y ofrecían por tanto un aspecto negruzco que le dio nombre al tipo de paisaje. Las altas chimeneas y las edificaciones fabriles construidas en ladrillo, se mezclaban con las viviendas insalubres de los obreros, en muchos casos pertenecientes al propio patrón que se las alquilaba. La aparición de nuevas fuentes de energía ha modificado la localización industrial junto a las cuencas mineras y provocado la crisis del sector minero. Por otra parte debido a los costes de la mano de obra, y a las legislaciones ambientales más estricta de los países desarrollados, se esta produciendo una relocalización a escala mundial de las industrias pesadas (siderurgia, metalurgia...) que se trasladan a países del Tercer Mundo.
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Figura 10 g. Paisajes industriales negros. |
2. Paisajes Industriales urbanos
Durante el siglo XX se desarrolló como fuente de energía básica para la industria el petróleo, por lo que la demanda de este producto favoreció la localización de refinerías sobre todo en puertos o en otras ciudades del interior, y junto a ellas surgieron polos industriales que se aprovechaban de la proximidad a la fuente de energía. Por otra parte las industrias de bienes de consumo se fueron localizando junto al mercado, por lo que en casi todas las ciudades fueron apareciendo polígonos industriales que abastecían a las ciudades.
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Figura 10 h. Paisaje industrial en Puertollano (Ciudad Real) | Figura 10 i. Fábrica de reciclaje de neumáticos en Espeluy (Jaén) |
3. Paisajes industriales modernos
Las nuevas industrias basadas en la alta tecnología, se sitúan lejos de la ciudad, en zonas suburbanas, buscando ubicaciones más atractivas y próximas a las grandes infraestructuras de transporte que facilitan la comunicación (autopistas, aeropuertos, puertos...).
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Figura 10 j. Parque empresarial de Tres Cantos (Madrid) | Figura 10 k. Parque tecnológico de La Cartuja (Sevilla). |
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