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7. Perspectiva de futuro

Las proyecciones demográficas son estimaciones de la población futura, a corto y medio plazo -aquí utilizaremos la realizado por el Instituto Nacional de Estadística para el periodo 2022-2072-. Se basan en el de los fenómenos demográficos, utilizando para ello los indicadores demográficos de mortalidad, fecundidad y migraciones. Son de utilidad para gestionar recursos económicos por parte de las autoridades políticas, aunque se pueden producir errores, puesto que los imprevistos o las crisis difícilmente se pueden predecir.

En el caso de España, existen determinados comportamientos demográficos que se pueden sintetizar así:

  • La tasa de natalidad seguirá descendiendo por la llegada a la edad fértil de la generación de mujeres nacidas en la época de mayor descenso de la natalidad;. Se cree que la mujer seguirá incrementando su participación en el mundo laboral, aunque no cuenta con la oferta de empleo de otros países. También ha descendido la tasa de nupcialidad, debido a los cambios en la mentalidad, a las dificultades laborales y al alto precio de la vivienda.

  • INE

    Comportamiento de la fecundidad. En el momento actual, la fecundidad en España ha llegado a niveles muy bajos, situándose por debajo de 2’1 hijos por mujer o índice de reemplazo. En gran parte dependerá también de la adopción por las mujeres extranjeras de las pautas nacionales y de la evolución de la fecundidad de las mujeres españolas. Esta se verá condicionada por las posibilidades de acceso al mercado laboral; por la inexistencia de políticas efectivas de conciliación de la vida laboral y familiar y de apoyo a las familias (facilidades para acceder a la vivienda, empleo juvenil estable, guarderías a precios asequibles); y por la existencia de una verdadera igualdad en el reparto de las tareas domésticas y familiares. Sobre estas bases, el INE prevé un mantenimiento, quizás un leve incremento, de la media de hijos a lo largo de las futuras décadas.

  • Respecto a la mortalidad, actualmente baja, probablemente advierta un incremento por el creciente envejecimiento de la población; aunque la esperanza de vida se encuentra en niveles elevados, se presupone un cierto aumento de esta, pero a un ritmo menor que en el pasado; también aumentará la esperanza de vida de los mayores de 65 años. No se tienen indicios de que el desequilibrio en la mortalidad de hombres y mujeres vaya a desaparecer

  • INE
    El progresivo e ininterrumpido aumento de las defunciones, siempre superior al número de nacimientos, daría lugar a un saldo vegetativo negativo durante todo el periodo proyectado. Este saldo vegetativo negativo sería superado por el saldo migratorio positivo, lo que provocaría un aumento de población durante todos los años del periodo proyectado. El aumento de población se debería, por tanto, exclusivamente, a la migración internacional. Por tanto, se estima por el INE (2022) que la población de España alcanzaría los 52,9 millones de personas en 2072; en los 15 próximos años España ganaría 4.236.335 habitantes (un 8,9%), hasta superar los 51 millones de personas en 2037; en el año 2072 la población alcanzaría los 52,9 millones, con un incremento de 5,45 millones de personas.
  • INE

    En cuanto a las migraciones, las previsiones son siempre imprecisas. Respecto a las migraciones interiores, causa de los desequilibrios regionales, las tendencias apuntan hacia una reducción de los movimientos interprovinciales y una ampliación de los flujos intraprovinciales, mientras se reducirán las migraciones entre comunidades autónomas. Las emigraciones exteriores se incrementaron por la crisis de 2008, para luego reducirse, lo que puede llevarnos a mostrar que se mantendrá en ciertos niveles dependiendo de las circunstancias económicas, sanitarias y políticas que puedan condicionarlas. La inmigración extranjera, por su parte, se preveía que seguiría creciendo, aunque el comportamiento expresado por la crisis económica de 2009 y la propia evolución advertida por la pandemia de 2020, muestra cierta resistencia a abandonar el país a pesar de la dureza de las condiciones de vida a la que ciertos sectores se están viendo sometidos (paro, pérdida de la residencia, etc.), lo que sí está provocando cierto efecto de retorno. Una mayoría de emigrantes provendrán de la Unión Europea, aunque el envejecimiento europeo irá reduciendo el flujo comunitario. Sudamérica y África se mantendrán como las otras zonas principales de procedencia; en el caso de la sudamericana, se contempla una futura reducción hacia 2040, por el envejecimiento de este área, mientras que la africana aumentará

  • En la estructura por edad, se acentuará el envejecimiento debido al descenso de la natalidad y al aumento de la esperanza de vida. Así, en 2060, el porcentaje de ancianos (38%) será cuatro veces mayor que el de los jóvenes (9.7%). Y la tasa de dependencia alcanzará el 96,7%, lo que supone que por cada persona en edad de trabajar habrá casi otra que no estaría en edad de hacerlo.  De mantenerse la tendencia demográfica actual, el grupo de edad más numeroso a 1 de enero de 2022 –que son los nacidos en los años 1981-1972 (es decir, las personas entre 40 y 49años)– lo seguiría siendo en 2037 (con edades entre 55 y 64 años). En los últimos años de la proyección se daría un cierto rejuvenecimiento poblacional conforme se vayan extinguiendo las generaciones de nacidos en los años 70 del siglo XX, de mayor fecundidad. Así, los grupos más numerosos a 1 de enero de 2072 serían los nacidos entre 2002 y 2011, cuyas edades estarían entre los 60 y 69 años. La población entre 20 y 64 años, que actualmente supone el 60,7% del total, pasaría a representar el 53,1% en 2052. En 2072 se recuperaría en parte, hasta el 54,7%. El porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 20,1% del total, alcanzaría un máximo del 30,4% en torno a 2050. A partir de entonces empezaría a descender.

INE
  • En la estructura por sexos, será mayor el número de mujeres en los grupos más altos de edad al tener una mayor esperanza de vida, aunque es posible que se acorte la diferencia con los hombres debido a la adopción de hábitos hasta ahora considerados propiamente masculinos.

  • INE

    Por su parte, y de mantenerse las tendencias actuales, la tasa de dependencia también alcanzaría un máximo en torno a 2050 (del 76,8%), para ir bajando paulatinamente a partir de entonces, hasta el 72,2% en 2072. La población centenaria (los que tienen 100 años o más) pasaría de las 14.287 personas en la actualidad a 226.932 al final del periodo proyectado (2072). 

  • En la estructura económica, la tasa de actividad decrecerá. El motivo es el envejecimiento demográfico, dada la menor tasa de actividad de las edades avanzadas, que provocará también un aumento de la media de edad de la población activa. Por sexos, la tasa de actividad tenderá a aproximarse, pues mientras la masculina decrecerá a lo largo de todo el periodo, la femenina crecerá hasta 2020. Por otra parte, el incremento de la terciarización de la actividad económica hará que aumente el porcentaje de población empleada en el sector servicios, a costa de los otros dos sectores. Las cifras del paro podrían disminuir pero lentamente, ya que las generaciones jóvenes que se acercan a la edad de trabajar son menos numerosas, y se espera ir superando la crisis económica en un periodo de tiempo no muy largo.

  • INE, 2022

    En cuanto a las proyecciones de población por comunidades y ciudades autónomas, d mantenerse las tendencias demográficas actuales, se observaría una evolución dispar por comunidades autónomas en los 15 próximos años. Así, se darían aumentos de población en 13 y descensos en cuatro, además de en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Los mayores incrementos relativos se registrarían en Islas Baleares (25,0%), Región de Murcia (16,0%) y Canarias (15,5%). Por el contrario, los descensos más acusados se darían en Principado de Asturias (–6,7%), Extremadura (–4,8%) y Castilla y León (–4,1%).

En definitiva, puede afirmarse que España se encuentra ante una problemática demográfica que puede repercutir en el futuro de nuestro Estado de Bienestar, ya que el envejecimiento y la escasa fecundidad van a hacer peligrar el crecimiento de la población. Por ello, se estima que en un futuro habrá que recurrir a la población inmigrante así como a políticas natalistas que que impliquen ayudas a las familias que tengan hijos, así como a la implantación de medidas para conciliar la vida laboral con la atención a estos.

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