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Figura 10. Evolución de la población mundial |
La población mundial no ha parado de crecer desde los lejanos tiempos prehistóricos pero este crecimiento no se ha producido de forma homogénea ni ha afectado por igual a todos los continentes y países. Conforme nos acercamos a la actualidad, se han ido necesitando cada vez menos años para que la población mundial se duplicase, lo que indica que se han producido mejoras en el nivel de vida de la población que han repercutido en una disminución de la mortalidad natural y un aumento del crecimiento vegetativo (diferencia entre los nacimientos y las defunciones).
En esta evolución, se han producido una serie de fases que permiten hablar de un modelo demográfico de evolución para Europa, pero que también puede ser extrapolable al resto del planeta, con las adecuadas rectificaciones.

Así, podemos establecer cuatro etapas o fases en la evolución demográfica de Europa:
1ª Fase I o Etapa Primitiva: que se caracteriza por sus altas cifras de natalidad y mortalidad (en torno al 4%) y por un débil crecimiento demográfico. Esta fase se inicia en la Prehistoria en la que, tras un lento crecimiento hasta el Neolítico (10.000 aC) a penas crece, pero que tras la aparición de la agricultura y la ganadería, comienza a crecer de forma más importante, si bien con fuertes altibajos. Esta etapa fue atravesada por Europa hasta el siglo XVIII, por lo que se le llama también fase "preindustrial" o del "Antiguo Régimen". Aunque en períodos expansivos se conseguían cifras de nacimientos del 4 al 5%, la población no crecía en conjunto ya que la mortalidad también era muy elevada, de un 3.2%a un 4%. A esas altas cifras se le unían a veces, crisis de sobremortalidad motivadas por malas cosechas que originaban hambrunas, guerras, peste, etc.
2ª Fase II o Etapa de Reducción de la mortalidad: El cambio entre la fase I y la Fase II se produce en Europa entorno al 1750-1780, y consistió en una reducción de las tasas de mortalidad y mantenimiento de las tasas de natalidad, con lo que se produjo un crecimiento enorme de la población. A esta fase se le llama también de "Transición demográfica" o "Revolución demográfica". Las causas de tal descenso de mortalidad fueron las siguientes:
- incremento de los alimentos disponibles por las mejoras técnicas que se producen en la agricultura y ganadería, que permitieron la sustitución de los barbechos por plantas forrajeras como el trébol o la alfalfa, la estabulación del ganado, etc.
- desaparición de la peste negra, aunque siguieron existiendo otras enfermedades que ocasionaron cuantiosas muertes (tifus, cólera, gripe, etc ) que fueron poco a poco reduciendo su virulencia.
- la revolución industrial que ocasionó un éxodo del campo a la ciudad.
- avances médicos, que aunque en principio no afectaron a toda la población, contribuyeron a reducir la mortalidad: la vacuna contra la viruela, la esterilización, la pasteurización, etc.
- los progresos en la higiene, se difunde el abastecimiento de agua potable, los servicios de limpieza, el aseo personal, etc.
En la actualidad se encuentran en esta fase demográfica algunos países de África y Asia, que están experimentando un fuerte crecimiento demográfico no acompañado de niveles económicos adecuados para soportar tales niveles de población.
3ª Fase III o de Reducción de la natalidad: que tiene lugar en Europa a partir de 1870, y se caracteriza por un descenso brusco de la natalidad y una continuación en el descenso de la mortalidad. En consecuencia, el crecimiento de la población es cada vez menor y es la etapa en la que finaliza la expansión demográfica. Esta fase llegaría hasta la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente a ésta, se produjo un relanzamiento de la natalidad (años 60, baby boom) que duraría hasta mediados de los años 70.
4ª Fase IV o de Estancamiento Demográfico: en la que se alcanza un equilibrio natalidad‑mortalidad, se inicia un envejecimiento de la población y un aumento de la esperanza de vida al nacer. Esta es la situación de la mayor parte de los países occidentales (Europa, América del Norte, Australia, Nueva Zelanda, etc.) en la actualidad.
Actualmente, los demógrafos hablan de una Fase V en la que se encontrarían países muy avanzados, Alemania, Suecia, etc, en los que la reducción de su natalidad ha sido tan fuerte que han alcanzado el crecimiento cero (nace el mismo número de los que mueren) e incluso la mortalidad empieza al superar a la natalidad por un alto grado de envejecimiento, por lo que se produce un crecimiento vegetativo negativo. Ello ha dado lugar a que los gobiernos de estos países a promulgar leyes pro‑natalistas y comiencen a remontarse nuevamente las cifras de la natalidad.
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figura 11. Modelo de evolución de la población europea |
En el siguiente cuadro podemos ver la evolución reciente de la población por continentes. En tanto que la situación de Europa y América (especialmente del Norte) tiende al estancamiento demográfico, continentes como África y Asia siguen creciendo con unas cifras de gran importancia.

En los últimos años, el mundo parece haber entrado en una etapa de menor crecimiento, si bien los ritmos de crecimiento de unas regiones y otras del planeta son muy distintos o, incluso, contrapuestos. Mientras que los países desarrollados del norte muestran en la actualidad o bien decrecimiento demográfico o bien crecimientos próximos a cero, otras regiones crecen a un ritmo entre el 1,4 y el 2,8%. Son, además, los países del Tercer Mundo los que están experimentando una reducción mayor de sus tasas anuales de crecimiento como consecuencia de una progresiva caída de la fecundidad, a la que se ha sumado en una buena parte de estos países –sobre todo en África subsahariana– un nuevo factor: el un incremento de sus tasas de mortalidad por causas epidémicas.
En el siguiente mapa podemos ver la situación actual del crecimiento de la población mundial
