
Como hemos indicado con la natalidad, la mortalidad se calcula utilizando la Tasa de Mortalidad (T.M.) que se obtiene aplicando la siguiente fórmula:
En relación a la mortalidad los demógrafos distinguen entre la mortalidad endógena y la mortalidad exógena.
- La mortalidad endógena es la determinada por causas biológicas, bien al comienzo de la vida o al final de la misma (envejecimiento) y que la medicina actual aún no puede solventar.
- La mortalidad exógena es la resultante de la acción del medio y sus manifestaciones aparecen en todas las edades (enfermedades infecciosas, accidentes...). Es la mortalidad que más ha retrocedido al impulso de la medicina, la higiene y las mejoras en la alimentación.
En función de la Tasa de Mortalidad, los países se dividirán en tres grupos:
- Países de Mortalidad Alta: > del 20 ‰ .
- Países de Mortalidad Media: entre 10 y 20 ‰ .
- Países de Mortalidad Baja: < del 10 ‰ .

Las altas cifras de mortalidad son propias de países del Tercer Mundo, y se deben a una falta de infraestructuras sanitarias, a las epidemias, a una mala alimentación, etc. La mortalidad media es propia de países subdesarrollados que han introducido mejoras sanitarias como vacunaciones masivas, gracias a la tecnología sanitaria importada de los países desarrollados, pero también es propia de países desarrollados que tienen una población muy envejecida. La mortalidad baja es propia de los países desarrollados en los cuales no supone problemas alguno por que tienen una natalidad también baja, por lo que el Crecimiento Vegetativo es bajo; pero en los países subdesarrollados una mortalidad baja si supone problemas, ya que presentan una natalidad alta por lo que su Crecimiento Vegetativo es muy elevado.
Las causas de mortalidad son muy diversas y complejas y van a variar en función del grado de desarrollo del país. Las causas de muerte en los países subdesarrollados son el hambre ( 58 % de la mortalidad total en 2006), las enfermedades infectocontagiosas y las guerras; en los países desarrolladas las principales causas de mortalidad son las enfermedades coronarias, el cáncer, el alcoholismo, las drogas, los accidentes de tráfico, etc.
En el estudio de la mortalidad, existen otras indicadores y tasas de gran interés para el demógrafo como son:
- La tasa de mortalidad específica por edad tiene como objetivo conocer la composición por edades de la mortalidad de las poblaciones. Se calcula a partir del cociente entre los fallecidos a una edad determinada durante un año entre la población media de esa edad en ese año, multiplicado por mil.
- Tasa de Mortalidad Infantil: por sí sola nos habla del nivel de desarrollo económico y social (sanitario) de un país. Se halla dividiendo el número de fallecidos menores de un año, entre el número total de nacidos y multiplicando el coeficiente por 1.000.
Figura 26. Tasa de mortalidad infantil (2009)
En función de esta tasa, podemos clasificar a los países en cuatro grupos:
- Países con una TMI muy alta: mayor de 100 ‰.
- Países con una TMI alta: del 60 al 100 ‰ .
- Países con una TMI media: del 25 al 60 ‰ .
- Países con una TMI baja: menos del 25 ‰
Las cifras más bajas son pertenecen a los países desarrollados y es, por tanto, un índice del nivel de desarrollo del país a si como de la calidad de vida del mismo.
Los factores que inciden en estas cifras son diversas, desde las biológicas, a las económicas, sociales o culturales.
Otras tasas de interés son:
- La tasa de mortinatalidad se halla a partir de la misma fórmula, pero considerando en el numerador tan sólo el número de los nacidos sin vida.
- La tasa de mortalidad neonatal, considera en el numerador los fallecidos de menos de 28 días a lo largo de un año y en el denominador el total nacidos en ese año, multiplicando por 1.000.
- La tasa de mortalidad postneonatal, que considera los comprendidos entre los 28 días y los 12 meses.
- La tasa de mortalidad perinatal, que engloba tanto a los nacidos muertos como a los que consideraba la mortalidad neonatal, esto es, sería el conjunto de la mortinatalidad y de la mortalidad neonatal: en el numerador se consignarían el número de fetos viables muertos an‐
tes del parto (muertes fetales tardías), el de fetos muertos intraparto y el de recién nacidos vivos muertos antes de la primera semana de vida, y el denominador, como siempre, el total de nacidos en el año, multiplicando el cociente por 1.000, con el fin de estandarizar la tasa.
La tasa de mortalidad puede indicar la probabilidad de morir en un período de tiempo en el caso de personas que pertenezcan al mismo grupo de edad, el promedio de años que puede esperar vivir un recién nacido, el promedio de años que queda a una persona a cualquier edad, la probabilidad de sobrevivir de una edad a otra, y, finalmente, la probabilidad de sobrevivir durante un cierto número de años, en el caso de personas de cualquier edad.

Relacionado con las tasas de mortalidad y de supervivencia por edades aparece el concepto de “esperanza de vida”. En sentido estricto la esperanza de vida es un índice sintético obtenido a partir de las tablas de mortalidad, que corresponde genéricamente con el concepto de duración media de una vida a partir de una edad dada. Este importante indicador demográfico representa el número de años que viviría por término medio un componente de la generación sujeto a la mortalidad que describe la tabla o expresado de otra forma el número total de años que vivirá en el momento del nacimiento una cohorte de 100.000 personas durante todo su ciclo vital, sometidas todas ellas a condiciones de mortalidad similar. En el siguiente cuadro podemos ver algunos ejemplos de países con mayor esperanza de vida (2012).
Las innovaciones técnicas y médicos están haciendo que los límites de supervivencia del ser humano se sitúen cada vez en edades más avanzadas, pero la proporción de personas que se acercan a estos límites dependen de diversos factores biológicos, sociales y económicos designados, en conjunto, con el término longevidad.
Hasta finales del siglo XVIII la esperanza de vida al nacer era muy bajo (cercano a 35 años), pero a partir de esa fecha fue aumentando progresivamente. En la actualidad se sitúa en 64 años para los países subdesarrollados (con cifras inferiores en países como Chad, Angola o Mozambique, que no superan los 52 años) y en 77 años de media en los países desarrollados.