6.1. La agricultura
Con una superficie total de 8759 697 hectáreas, la superficie agrícola es de 3.5 millones, lo que representa el 40% de la superficie total superando a la media española, aunque la superficie en pastos y usos forestales (46.74% del territorio) es inferior a la media de España (54%). Por provincias, las que más tierras de cultivo presentan son Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada, que superan cada una las 500 000 hectáreas y en conjunto representan el 75% de las tierras de cultivo. Sin embargo, en cuanto a prados y pastizales, Córdoba es, con diferencia, la provincia que dedica mayor superficie, lo que explica su pujanza en el sector ganadero, especialmente en
En Andalucía tradicionalmente ha predominado la trilogía mediterránea trigo, vid y olivo. El trigo está muy extendido por toda la Comunidad, especialmente por las campiñas del Guadalquivir; el olivo tiene también una amplia difusión, predominando en la provincia de Jaén; y la vid encuentra su principal aprovechamiento en las comarcas de Jerez de la Frontera, condado de Huelva, en Montilla-Moriles (Córdoba) y en Málaga. Sin embargo, estos cultivos tradicionales han retrocedido ante los cultivos de arroz, algodón, girasol y remolacha, junto a los cuales también han crecido notablemente los cultivos hortofrutícolas bajo plástico en Almería, la floricultura en Chipiona y el fresón de Huelva.
Los principales factores físicos que condicionan la agricultura andaluzas son:
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Relieve. El 40% del territorio es llano, pero un 45% es muy montañoso, existiendo una clara dicotomía entre ambas zonas que condiciona la ocupación del terreno y su explotación agraria.
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Clima. Predomina el clima mediterráneo con matices oceánico en el oeste, continentales en el interior, subtropicales en la costa mediterránea, desérticos en el extremo oriental y de montaña en zonas elevadas. Las precipitaciones son escasas-si exceptuamos determinados enclaves de Sierra Morena o de las Serranías de Ronda y Grazalema-, con larga sequía estival, temperaturas suaves en invierno y altas en verano,
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Suelos. Se caracterizan por su diversidad. En Sierra Morena, predominan los suelos ácidos y poco profundos, de vocación forestal. En la Subbética los suelos básicos y más profundos, como sustrato del olivar la depresión bética y el surco intrabético tienen suelos arcillosos muy profundos (bujeo) para herbáceos de secano. En el litoral, los suelos arenosos se han aprovechado para cultivos bajo plástico y enarenados.
Los principales factores humanos que condicionan la agricultura andaluza son los siguientes:
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En relación con la estructura de la propiedad, la conquista cristiana medieval inició un proceso de señorialización latifundista en la zona occidental, mientras que en la Andalucía oriental abunda el minifundio. Posteriormente, la desamortización del siglo XIX liberalizó las tierras, propiciando la consolidación de la estructura de propiedad así como la aparición de una burguesía agraria.
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En cuanto a las explotaciones agrarias, sigue persistiendo la dicotomía entre peque fa y gran propiedad. Las explotaciones con menos de 5 hectáreas suponen el 56% del total, pero solo el 7% de la superficie total. Por el contrario, las explotaciones con más de 100 hectáreas solo suponen un 3.5% pero ocupan más del 50% del total
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La población activa. se sitúa en un 9%, el doble que la nacional y el triple de la comunitaria, lo que refleja el notable peso del sector Ello explica en parte, una tasa de desempleo en Andalucía diez puntos por encima de la nacional.
En cuanto a la agricultura ecológica, es un sistema de producción alternativo a la agricultura convencional, que implica la no utilización de compuestos químicos o genéticamente modificados. Está en un proceso de expansión y cuenta con el respaldo de los poderes públicos. En este sentido, la Consejería de Agricultura y Pesca está apoyando al sector a través de los denominados Planes Andaluces de Agricultura Ecológica. Andalucía cuenta en estos momentos con 877 321 hectáreas, lo que supone más del 50% del total nacional. El crecimiento de este sector, relevante desde la década de 1990, está contribuyendo al desarrollo rural, aumentando la renta y el empleo.