
3.1 Los condicionantes de la actividad agraria

Las diversas actividades agrarias están condicionadas por una serie de factores que, básicamente, son de dos tipos:
1. Factores naturales.
a) El clima: es el de mayor repercusión, ya que incide directamente en el desarrollo de las plantas. Los factores climáticos más destacados son, la temperatura y las precipitaciones. De la temperatura, lo que más importa para los cultivos es la cantidad de calor y las horas de luz recibidas por las plantas. Por debajo de una determinada temperatura se congelan los tejidos vegetales de las plantas y por encima de unos 45 ºC se altera igualmente su adecuado desarrollo. Las variaciones térmicas estacionales también influyen y obligan a una adaptación selectiva, tanto en plantas como en animales) en función de la producción que se pretenda conseguir. A estas variaciones se une el periodo de horas de luz imprescindible para las plantas (fotoperiodo), que dependerá de la latitud (mayor cuanto más nos acercamos al Ecuador). Respecto a las precipitaciones. la cantidad y su distribución a lo largo del periodo vegetativo de los cultivos también influye de manera decisiva. en este aspecto, el hombre ha ido introduciendo cambios en la gestión del agua a través de diversas técnicas como regadíos, drenaje, desalinización en zonas próximas a la costa, introducción reciente de cultivos hidrapónicos, el riego por goteo, etc.
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Figura 15. El agua como factor condicionante de la actividad agraria. | figura 16. La temperatura como factor limitante de la actividad agraria. |
Los vientos afectan también a las actividades agrarias. Si son suaves son beneficiosos porque favorecen la transpiración de las plantas, evitan heladas, aumentan la dureza del tronco, etc. Pero si son muy fuertes perjudican el desarrollo de las plantas. Para solucionar esto, el hombre actúa mediante la construcción de cortavientos, invernaderos, colocación de setos, cañas, etc.
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Figura 17. Estructuras para proteger los cultivos del viento. a) Islas Azores. b) Islas Canarias |
b) El relieve. las pendientes introducen un importante condicionante para la actividad agraria: la agricultura prefiere las zonas llanas y las mayores pendientes se dedican a la ganadería y silvicultura. La necesidad de un aprovechamiento máximo de la superficie agrícola introduce, sobre todo en los espacios de montaña, sistemas de cultivo en terrazas o abancalados. Igualmente, la altura de las montañas introduce un escalonamiento en la distribución de los cultivos por efecto de la temperatura (desciende en las partes más altas hasta unos niveles inapropiados para el crecimiento vegetal) y la exposición a los vientos y su repercusión en las precipitaciones (las cadenas montañosas modifican la distribución de los vientos y lluvias actuando como pantallas que reducen las precipitaciones en sotavento, la vertiente más seca, y las favorecen en barlovento, más húmeda).
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Figura 18. Condicionante del relieve y respuesta humana. Abancalamiento. a) España. b) cultivo de arroz en China. |
c) El suelo: es una combinación de materia orgánica ("humus") e inorgánica (agua, sales minerales), poco estable, de formación muy dilatada (un centímetro de suelo puede tardar en formarse de 4.000 a 10.000 años y puede perderse en una tormenta) y es resultado de las interacciones del clima y del relieve. Los suelos están en continua evolución y en función de dicha evolución de los suelos, de su riqueza o pobreza, de espesor, textura, grado de acidez y fertilidad, podrán soportar diferentes tipos de vegetación y cultivos. El Hombre puede actuar sobre él, conservándolo o mejorándolo a través de abonos naturales o químicos. Pero también puede contribuir a su destrucción.
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Figura 19. Influencia del suelo en el sector agrario. a) Suelos pobres acarcabados (Zaragoza). b) suelos Chernozem muy fértiles (Ucrania) |
2 Factores Humanos.
El espacio natural se ha visto transformado desde los inicios de la civilización a medida que la presencia humana ha ido actuando en él, a la vez que su capacidad técnica servía para transformarlo y adaptarlo a sus necesidades. De esa forma, el espacio natural ha ido cediendo lugar al espacio agrario. Esta transformación, debida a la intervención humana, se puede concretar en los siguientes factores:
a) Presión Demográfica: el aumento de la población lleva consigo la ampliación del espacio agrario por medio de nuevas roturaciones y la intensificación de la producción. Pero también puede provocar la fragmentación de las parcelas. La disminución de la población, por contra, lleva a un aumento del tamaño de las parcelas y la regeneración de los bosques por abandono de las tierras de peor calidad. La finalidad del aumento de la superficie agraria era incrementar la producción de alimentos pero también la variedad y calidad de los mismos, como ocurre en los países desarrollados. Precisamente, en los últimos años, en estos países, a la vez que aumentaba la producción agraria, disminuía la población que vivía en zonas rurales. Esto ha ocasionado profundos cambios en la estructura de la propiedad y en los sistemas de cultivo de la misma. En cambio, en muchos países subdesarrollados, se mantiene aún estructuras agrarias tradicionales y el aumento de la población ha ocasionado una reparcelación, disminución de la superficie media, disminución de la superficie no agraria, deforestación, etc.
b) Sistema socieconómico: Como ya se hemos visto, el medio natural impone ciertos límites pero serán las propias sociedades las que definan la extensión, la intensidad, el tipo y la escala de las actividades agrarias en función de una serie de variables como son el mercado, la competencia entre usos distintos, los costes de producción, la estructura de la propiedad, la tecnología utilizada, la política de apoyos o reformas practicada por los diferentes gobiernos, etc.
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Figura 20. Factores humanos. a) Explotaciones de pequeño tamaño o Minifundios; b) Resultado de una concentración parcelaria. |
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