3.3 Sistemas agrarios tradicionales

Los sistemas agrarios tradicionales son predominantes, aunque no exclusivos, de los países subdesarrollados o del Tercer Mundo, se caracterizan por ser intensivos en mano de obra pero obtienen bajos rendimientos y, por tanto, tienen baja productividad. La inversión en capital es escasa así como la tecnificación. La producción está orientada al autoconsumo y los escaso excedentes productivos que pueda haber se comercializan en los mercados locales. 
Dentro de esta tipología de sistemas agrarios, podemos distinguir los siguientes subtipos:

1. Agricultura de subsistencia: Es un tipo de agricultura primitiva, con niveles productivos muy bajos. La producción se destina, fundamentalmente, al consumo familiar y los excedentes, si los hubiera, se intercambian en los mercados locales, en muchas ocasiones, mediante trueque. Las técnicas de cultivo están poco evolucionadas, la mecanización inexistente o a base de tracción animal y la fertilización es natural. El ejemplo más primitivo de este sistema de cultivo es el sistema de cultivo itinerante o de rozas, que consiste en la quema de una parte del bosque tropical para obtener terreno de cultivo, sirviendo las cenizas como abono natural. Al no utilizarse otros fertilizantes, la tierra pronto se agota, por lo que se abandona el campo, repitiéndo­se el proceso en otra parte del bosque. Las tierras abandonadas se dejan en barbecho por largos periodos de tiempo que oscilan desde los 10 a los 30 años, según las posibilidades de regeneración del suelo. 

Figura 25 a. Agricultura tradicional	Figura 25 b. Agricultura de rozas en la selva amazónica

2. Ganadería nómada: este tipo de ganadería se caracteriza por el nomadismo, esto es, el continuo desplazamiento de los grupos humanos que lo practican junto con sus animales con la finalidad de buscar los mejores pastos para este ganado. Se practica en los países menos desarrollados y con un entorno físico extremo como en Mongolia, China Interior, Hindu Kush, Meseta de Irán, Afganistán o zonas desérticas del Sabara. Es un sistema que está prácticamente en extinción. Una variante algo  evolucionado de este sistema es el de la trashumancia que supone un desplazamiento estacional entre la áreas de pastos de verano y las zonas de pastos de invierno. este sistema se practicó en España hasta hace poco tiempo y hoy ya es algo testimonial. Para el desplazamiento del ganado se utilizaron las cañadas reales. 

Figura 26 a. Ganadería nómada. Pastores del Nilo (Sudán)	Figura 26 b. Pastor trashumante en España

3. Agricultura tradicional intensiva. Se caracteriza por ser un tipo de agricultura intensiva en mano de obra pero no en capital. La tecnificación, los plaguicidas y fertilizantes químicos son escasos; sin embargo, la productividad, por unidad de superficie, suele ser elevada. La producción está orientada principalmente a la alimentación de población. La propiedad es privada pero de pequeña dimensiones. Los excedentes se comercializan localmente a cambio de dinero. Este tipo de producción responde a las necesidades de espacios con altas densidades de población, suelen ser típicos de zonas monzónicas de Asia. El cultivo dominante es el arrozal. En las llanuras, los arrozales parecen un gigantesco tablero formado por gran cantidad de pequeños cuadrados, en tanto que en la montaña, los bancales permiten su cultivo. En cualquier caso, el enorme trabajo que conlleva el cultivo en estas áreas, nos muestran paisajes que se asemejan a jardines con una planificación ejemplar. En algunos casos, como en China, este paisaje de múltiples parcelas ha sido modificado por imposición del régim­en comunista, por un reagru­pa­miento de las parcelas con el fin de obtener mayores producciones. Las antiguas casas de los campesinos ha sido abandonadas, creándose nuevas construcciones comunitarias. 

Figura 27 a. Arrozales en La India	Figura 27 b. Cultivo de arroz en bancales. China