2. La ciudad. El proceso de urbanización

En la actualidad, vivimos en un mundo de ciudades. Los últimos doscientos años de la historia de la humanidad han supuesto que un elevado número de personas dejasen de vivir en el campo y se marcharan a vivir a una ciudad bien sea una gran metrópoli, una pequeña ciudad o una urbanización de la periferia. En concreto, la tasa de población urbana estimada en 2021 es del 56%, porcentaje que se eleva al 75% en Europa, al 80% en Latinoamérica y el Caribe, y al 85% en América del Norte. En el países del Tercer Mundo, el fenómeno urbano no para de crecer y, como veremos, posteriormente, las mayores concentraciones urbanas tendrán lugar en estos países. Las proyecciones para el año 2050 muestran un crecimiento muy bajo en los países más desarrollados, aunque llegará a representar más de un 80% de su población. Por el contrario se ve claramente el gran crecimiento en los países menos desarrollados que con casi 4.000 millones pasarán a tener el 79,5% de la población urbana mundial y que superarán la barrera del 50% respecto al total de su población.

En 1900 las 5 ciudades más pobladas del mundo eran todas europeas y norteamericanas. Al frente estaba Londres, seguida de Nueva York y París. En 1950 aún se mantenían en esta clasificación las 3. A partir de 1975 Tokio pasa a ser la aglomeración más populosa. Europa deja de tener ninguna ciudad en esta clasificación, pero lo que hay que destacar es la cada vez mayor presencia de ciudades de países en vías de desarrollo. En 2018, las diez ciudades más populosas eran las siguientes:

Además, debemos de considerar que el fenómeno urbano tiene una incidencia globalmente, tanto a nivel económico, como social y cultural. Concentra población pero también ideas, capital, productos y servicios y desde ellas, se organiza el territorio. A diferencia de las ciudades medievales, encerradas dentro dentro de un recinto amurallado, las ciudades actuales son espacios abiertos con unos límites difusos que se mezclan con el campo y con grandes diferencias en su interior, tal y como veremos a continuación.