Las aguas marinas tienen diversas propiedades, algunas de ellas fundamentales para comprender las características de los océanos y sus procesos, así como su relación con la atmósfera. Entre estas características señalamos: densidad, salinidad y temperatura.
- Temperatura: El agua del mar tiene un calor específico mayor que casi el de todos los sólidos y líquidos, capacidad que se ve favorecida por su transparencia, que hace que los rayos del Sol afecten a una capa más espesa (calculada entre los 100 y 200 m frente a unos 20 m en la tierra), por su movilidad, que transmite la temperatura a mayor profundidad y extensión, y por su albedo, que le permite retener más el calor que recibe, en relación con el que retiene la tierra. De esta forma, el mar se caliente más lentamente en verano y se enfríe mucho más lentamente en invierno que la tierra. Este comportamiento del agua marina se ve reflejada en las corrientes oceánicas que llevan mucha energía térmica. La temperatura del agua de los océanos varía en función de la latitud y de la profundidad. Así, hasta unos 100 m de profundidad, la temperatura se mantiene más o menos constante, pero a partir de esos 100 metros baja acusadamente hasta los 1000 m (termoclina), que se extiende la zona de agua profunda o zona abisal, en la que la temperatura permanece prácticamente constante entre 1 y 3º C.
- Salinidad: Es la cantidad total de material disuelto en gramos en un kilogramo de agua de mar. Varía muy poco, en la mayor parte de los océanos la variabilidad es entre 34,6 a 34,8 partes por mil (‰). Los componentes que se encuentran disueltos son en su mayoría procedentes del cloruro sódico, sal, (∼ 85 %) y pequeñas cantidades de cloruro magnésico, sulfato de magnesio y carbonato cálcico. Aunque la salinidad varía de un océano a otro, las fracciones relativas de estos componentes son constantes independientemente de la salinidad total, lo que indica que los océanos se encuentran bien mezclados. La salinidad también varía en relación a la profundidad, siendo más alta en la superficie debido a la alta evaporación que tiene lugar y desciende hasta una profundidad de 1000 metros. Después aumenta levemente a medida que aumenta la profundidad. La salinidad también varía con la latitud. Las aguas más saladas están en las latitudes medias donde la evaporación es alta y las aguas menos saladas se encuentran cerca del ecuador, donde el agua de la lluvia diluye el agua salada, y en las latitudes altas donde se funde el hielo diluyendo también el agua salada de la superficie. A pesar de que muchos grandes ríos tienen su desembocadura en el océano Atlántico y en el océano Ártico, el agua del Atlántico es más salada que la del Pacífico. Una explicación de este hecho es que parte del agua evaporada en el Atlántico se transporta por el viento hasta el Pacífico donde cae en forma de lluvia.
Figura 19 e. Temperatura media anual de la superficie del mar (º C). | Figura 19 f. Salinidad del agua del mar (partes por mil) |
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- Densidad: La densidad (masa por unidad de volumen) media del agua marina es de 1.027 kg/m3, mayor que la del agua pura que es de 1.000 kg/m3, y varía según sea su salinidad (a mayor salinidad mayor densidad), su temperatura (más densa a medida que desciende la temperatura), y su presión (aumenta con el aumento de la presión). Así, las aguas cálidas tienden a subir o mantenerse en superficie y las aguas frías se hunden, igualmente, las aguas saladas se hunden y las aguas poco saladas van a la superficie.