En la vertiente atlántica desembocan los grandes ríos de la Meseta, así como el Miño, atlántico por su lugar de desembocadura, pero que no comparte rasgos con los restantes ríos de su vertiente, pues a todos los efectos es un río de la España Húmeda. Adaptados a las condiciones del relieve, los grandes ríos peninsulares tienen la divisoria de aguas entre dos sistemas montañosos y el curso fluvial es más o menos paralelo a las cordilleras, desde las cuales descienden los afluentes hacia el cauce principal. Así se explica que estos ríos, que discurren por zonas de pocas precipitaciones, puedan tener un caudal absoluto considerable, gracias al agua procedente de las zonas montañosas. Respecto a su caudal, éste disminuye conforme más al sur se sitúe, conforme a la disminución de las precipitaciones de Norte a Sur. El caudal y el régimen que llevan son reflejo de la España seca y de un clima mediterráneo continentalizado. No obstante, pese al clima, los afluentes que nacen en las montañas atenúan los contrastes estacionales de caudal de estos ríos de régimen irregular. Salvo el Miño, son todos de régimen pluvial mediterráneo continentalizado.
a) Cuenca del Miño
Los ríos gallegos se caracterizan por formar rías en su desembocadura. Son muy caudalosos por la gran humedad de la región y el sustrato de rocas impermeables. Son igualmente ríos cortos y nacen a baja altitud, de ahí que su régimen pluvial presente mínimos en verano. Los ríos más importantes son el Tambre, el Ulla y el Miño. Este último nace en Fuentemiña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense y Pontevedra y desemboca en Tuy, sirviendo de frontera con Portugal en su último tramo, cuando su caudal es de 242 m3/s. Su principal afluente es el Sil. Ambos ríos nacen en las montañas a mayor altitud, por lo que tienen un régimen pluvio-nival. Entre ambos drenan una cuenca de más de 25.000 km2, que es una de las de mayor caudal relativo.
b) Duero
Es el río de la Submeseta Norte. Su cuenca hidrográfica es la mayor de España con casi 100.000 kilómetros cuadrados. Nace en los Picos de Urbión, en el Sistema Ibérico, y desemboca en Oporto, Portugal. Tiene una extensa red de afluentes que recoge aguas de la cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y el Sistema Central, y es responsable de su elevado caudal absoluto, pero, en relación a la superficie de su cuenca, tiene un bajo caudal relativo. Los colectores de la derecha son los que aportan la mayor parte de su caudal, presentando una red jerarquizada en torno a los ríos Pisuerga, Esla y Valderaduey. En cambio, los de la izquierda, muchos más modestos, discurren paralelos hasta el mismo Duero. Entre ellos el más caudaloso es el Tormes. Su curso es tranquilo excepto en los Arribes, donde se encaja en las rocas formando el mayor desfiladero de toda la Península. Este tramo ha sido aprovechado para la construcción de grandes embalses.
c) Tajo
El río Tajo nace en los Montes Universales-Sierra de Albarracín (1800 m) hasta su desembocadura en Lisboa. Es el río más largo de la Península Ibérica con 1120 km, con una cuenca de 81.947 km2, de los cuales 55.800 están en España y delimitada al norte por el Sistema Central, al este por el Sistema Ibérico y al sur por los Montes de Toledo. Tiene una notable escorrentía debido a la impermeabilidad de los suelos silíceos por los que atraviesa. Los afluentes más importantes los recibe por el norte: son los ríos Jarama, Alberche, Tiétar, Alagón y Zezere, ya en Portugal. Su caudal aumenta en el tramo portugués, a causa de las mayores precipitaciones, llegando en la desembocadura a unos 500 m3/s. Tiene un régimen hídrico pluvio-nival en la cabecera, que rápidamente se transforma en pluvial para la mayor parte de su recorrido. Como indica su nombre, tanto en la cabecera como en su tramo medio discurre en ocasiones por notables angosturas. El curso está muy alterado por las intervenciones humanas: desde los embalses para la producción de energía hasta el Trasvase Tajo-Segura.
d) Guadiana
Tradicionalmente se señalaban las Lagunas de Ruidera como su lugar de nacimiento. Hoy día, se sitúa aguas abajo. Es el menos caudaloso de los grandes ríos peninsulares. Desemboca en Ayamonte, Huelva, tras formar frontera entre España y Portugal. Sus principales afluentes son, por la margen derecha, el Cigüela y el Záncara, y, por la izquierda, el Jabalón, Matachel y Zújar. En la Mancha, la casi nula pendiente da lugar a humedales, unos son cársticos como las Lagunas de Ruidera por disolución de las calizas, otras son cuencas arreicas (no fluyen en corrientes de escorrentía), como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. En su cuenca se han construido grandes embalses para la irrigación agrícola, entre los que destaca el de la Serena, el mayor de España y uno de los de mayor capacidad de la Europa occidental.
e) Guadalquivir
El río Betis de los romanos, llamado en época árabe Río Grande (Uad-al-Kebir). Nace en la Caña de Aguas Frías en la Sierra de Cazorla a 1369 metros de altura y, tras unos primeros kilómetros de fuertes pendientes, fluye tranquilo y casi al nivel del mar durante todo su recorrido, hasta su desembocadura en una gran zona pantanosa de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) tras recorrer 681 km. Drena una extensa cuenca terciaria de 57.527 km², de forma triangular, que coincide con la Depresión o Valle del Guadalquivir. Recoge aguas de Sierra Morena a través de los afluentes de su margen derecha, que son cortos; los más importantes son el Guadalimar, Jándula, Guadiato, Viar y Huelva. Por la margen izquierda recibe al Guadiana Menor y al Genil, que nace en Sierra Nevada a más de 3000 de altitud, con un régimen fluvial nivel en su cabecera, regando la vega de Granada. En la zona de la desembocadura, la acción conjunta del mar y el viento da lugar a la formación de las marismas del Guadalquivir, que constituye el Parque Nacional de Doñana, de alto valor ecológico. El río Guadalquivir cuenta con el único puerto fluvial navegable de España, Sevilla.