
Son las zonas sumergidas cubiertas por las aguas de los océanos. Dentro de esta unidad, se distinguen, a su vez, diversas formas:
- a) La plataforma continental es un área intermedia entre el continente y el océano. Posee una amplitud variable, a partir de la costa, pero suele ser un área de importante presencia de sedimentos y vida animal y vegetal abundante, por lo que tiende a la llanura. Puede llegar a unos 200500 metros de profundidad.
- b) El talud continental. Consiste en un fuerte declive submarino que conecta la plataforma continental con la llanura abisal, y que oscila entre los 200 y los 4.000 metros por debajo del nivel del mar. Se trata de una caída más o menos irregular, con presencia de valles y cañones submarinos, en una planicie inclinada cuya pendiente oscila usualmente entre 5° y 7°, pero puede alcanzar los 50°, produciéndose en ella numerosos deslizamientos de material sedimentario. En ella son comunes los escalones o peldaños naturales, y la vida inicia una notoria disminución respecto de la zona anterior.
- c. La llanura abisal. Se trata de una planicie profunda, entre los 3.000 y 7.000 metros de profundidad, usualmente ubicados entre el talud continental y alguna dorsal oceánica o alguna fosa abisal. Este tipo de relieve constituye el 50% del fondo oceánico, y son las principales zonas de sedimentación del planeta. En ella es frecuente la actividad sísmica, que puede dar origen a pequeñas colinas volcánicas o montes submarinos llamados guyots. Al tratarse de una región que recibe poca luz solar, la vida es mucho más escasa y las temperaturas bajas.
- d. Las fosas abisales o fosas marinas son las depresiones más profundas conocidas en el planeta, llegando hasta los 11.000 metros bajo la superficie del mar (fosa de las Islas Marianas). La luz solar es no penetra en estas fosas y las presiones son muy elevadas por lo que la vida es muy escasa y muy diferente respecto de la vida de la superficie.
- e. Las dorsales oceánicas son elevaciones submarinas ubicadas en la región media de los océanos, que pueden alcanzar alturas de entre 2.000 y 3.000 metros por encima de la llanura abisal. Poseen una fisura natural en su cúspide, conocida como rift, por donde se emite magma de manera continua, formando nuevas rocas y posibles nuevos volcanes.