Los ríos son uno de los agentes configuradores del relieve más importantes ya que arrancan, acarrea y sedimenta materiales. Los tramos altos de los cauces suministran los materiales, los medios los transfieren, y en los tramos bajos se sedimentan estos materiales formando lo que se denomina aluviones.
Las formas fluviales erosivas más abundantes son las gargantas, cascadas y meandros. En los lechos de los ríos se encuentran pilancones o marmitas de gigante modelados por la abrasión de los materiales arrastrados en el fondo de las corrientes. Las formas fluviales sedimentarias, por su extensión, son más llamativas como, por ejemplo, las terrazas y llanuras aluviales en los tramos medios, y deltas y estuarios en los tramos finales, ya en contacto con el mar.
Figura 31 f. Debris flow (flujo de escombros) | Figura 32 b. Garganta. Desfiladero de los Gaitanes (Málaga) |
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Figura 32 c. Meandros | Figura 32 d. Delta del Ebro |
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