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5. Otras actividades terciarias

5.1. Servicios públicos

Actualmente, en España existe lo que llamamos Estado del bienestar o Estado social. Esto significa que el Estado español ha asumido la responsabilidad de garantizar a los ciudadanos la protección de las necesidades o derechos sociales. Esto se traduce, esencialmente, en la existencia de una serie de servicios sociales, sobre todo sanidad y educación, y también de unas determinadas prestaciones económicas en términos de pensiones, subsidios o ayudas en circunstancias concretas. Además, desde la configuración de la España de las autonomías, el Estado se organiza territorialmente en municipios, provincias y Comunidades Autónomas; existen, por lo tanto, además de servicios administrativos de carácter nacional, servicios de carácter local y regional. Su deber es regular el funcionamiento de la sociedad española. Estos servicios se concentran en los núcleos urbanos, fundamentalmente en aquellos que sirven al resto de sus provincias y, sobre todo, de sus comunidades, en calidad de capitales administrativas. La ciudad de Madrid, sede del gobierno y capital del Estado español, se configura como el principal centro de servicios, también administrativos, del país.

Los más destacados de estos son:

La administración pública desarrolla una actividad terciaria, ya que organiza y ofrece servicios orientados a satisfacer las necesidades de la sociedad desde tres ámbitos: administración local (ayuntamientos), administración autonómica y administración central. Coexiste un proceso de crecimiento con la paulatina privatización de parte de los servicios. Este sector concentra más de una cuarta parte del empleo terciario y un 15% del total.

La Sanidad y los servicios sociales son servicios básicos dirigidos a toda la población, prestados en gran porcentaje por la administración pública, aunque también hay fórmulas privadas para satisfacer la demanda. El envejecimiento de la estructura demográfica ha provocado un cambio de prioridades desde la educación hacia la sanidad y la atención a la tercera edad. En España se destina aprox. el 8% del PIB (ligeramente por debajo de la media europea). La mejora sanitaria se ha centrado en la creación de las redes de atención primaria, la extensión de hospitales comarcales y la mejora de los sistemas de gestión. Este servicio sanitario público pretende estar próximo al usuario y ofrecer a los ciudadanos información precisa sobre temas sanitarios de interés (vacunaciones, charlas, campañas de difusión, etc.); este servicio se gestiona con fondos públicos a través de la Seguridad Social, se financia con fondos procedentes de los empresarios, trabajadores y de los Presupuestos Generales del Estado; gran parte de los gastos de la Seguridad Social se destina a pensiones de jubilación.

Ministerio de Educación y Formación Profesional

En cuanto a la educación, la escolarización en España atiende a 8.216.711 estudiantes durante el curso 2021-2022 aproximadamente, con un gasto público que en el año 2022 en torno al 4,93% del PIB frente al 4,27% en 2019. En España, las enseñanzas obligatorias afectan a todos los ciudadanos durante la infancia y la adolescencia (desde los seis a los dieciséis años), y se prolonga, en la formación continua, durante toda la vida laboral. El sistema educativo, gestionado en un 65% mediante centros educativos públicos y en un 35% por los privados y privados-concertados, comprende una gama amplia de oferta educativa para atender la formación en las diferentes etapas de la vida de cada persona. La variedad de demandas de educación por parte de los ciudadanos y las necesidades de capital humano del sistema productivo y de las empresas se satisface en etapas educativas y enseñanzas con legislación, centros y currículos específicos:

  • La educación infantil se ordena en dos ciclos: desde el nacimiento hasta los 3 años y de 3 a 6. Es una educación de carácter voluntario que en los últimos años ha requerido el esfuerzo de la administración para ampliar la oferta de centros y plazas educativas. Esta en proceso de ampliación de los servicios públicos y privados, pero con cierta incertidumbre ante el descenso continuado de la natalidad.

  • La educación obligatoria comprende dos etapas: la educación primaria y la secundaria, desde los seis a los dieciséis años. En España, el 28% de los jóvenes de entre 25 y 34 años (2022) no tiene un título de segunda etapa de educación secundaria, o sea, que más de uno cada cuatro jóvenes solo tiene el título de la ESO.

  • La educación secundaria no obligatoria comprende las etapas de bachillerato y los ciclos formativos, modalidad de enseñanzas del sistema educativo que capacita para el desempeño cualificado de las distintas profesiones.

  • El total de estudiantes matriculados en el Sistema Universitario Español (SUE) en el curso 2021-2022 es de 1.690.947. Los estudiantes de Grado representan el 79,1% de los alumnos matriculados, los de Máster el 15,3% y los de Doctorado el 5,5%.

  • Las enseñanzas artísticas y de idiomas y la formación de personas.

5.2. Servicios financieros

Las finanzas proporcionan servicios imprescindibles para la economía moderna, al facilitar el comercio, el ahorro, el préstamo, el equilibrio de riesgos y un sinfín de otras prestaciones que giran en torno al dinero, que es en definitiva, el motor de la economía de un país. Al conjunto de instituciones, medios y mercados en los que se organiza la actividad financiera lo denominamos sistema financiero. Su función principal es canalizar el ahorro, haciendo que los recursos que permiten desarrollar la actividad económica real (producir y consumir, por ejemplo) lleguen desde aquellos individuos excedentarios (los que disponen de capital) hasta aquellos otros deficitarios (los que necesitan capital). Por tanto, crece con la economía en su conjunto, suponiendo el 18% del PIB en el caso español, lo que le permite que sus altos beneficios les permiten participar en otros sectores (industrial, energético,...). En consecuencia, un mal funcionamiento de este subsector repercute negativamente sobre todas las actividades y puede producir crisis económicas como la del 1929 o la de 2008. 

Las instituciones esenciales de todo sistema financiero son la banca oficial, las bolsas, la banca comercial y las cajas de ahorra.

La banca oficial aglutina los bancos tutelados por el Estado, de los que el más importante es el banco central nacional, en nuestro país el Banco de España. Es el banco de bancos y el banco del Estado, aunque no puede conceder préstamos al Estado. Su principal objetivo estabilidad de los precios En España esta misión la realiza junto al resto de los países comunitarios en el marco del Sistema Europeo de Bancos Centrales, formado por el Banco Central Europeo y los Bancos Centrales de los países miembros de la UE. En estos momentos, debido al convulso proceso de unificación bancaria, el Estado español posee participación en CaixaBank, a través del procesod e rescate de Bankia.

En relación con las bolsas oficiales de comercio, cuando un agente económico necesita dinero para financiarse emite títulos o valores, entre los que destacan las acciones y obligaciones, a fin de que los compren ahorradores individuales o empresas. De esta forma, el agente económico obtiene dinero, y los compradores de los valores pasan a ser propietarios en una parte proporcional al dinero invertido, participando de los beneficios, pero también de los riesgos de esa empresa. La compra-venta de estos títulos se realiza a través de mercados organizados: las bolsas de valores. En cada bolsa se define un índice general (Ibex35, Dow Jones) que, al final de cada sesión, indicará si han prevalecido los deseos de compra (caso en el que aumentará el índice) o los de venta (bajará el índice). En España operan cuatro bolsas de valores. La de Madrid es la principal, ya que concentra en torno al 92% del volumen de negocio. Le sigue la de Barcelona, que capta el 5% de negocio y, por último, ya más lejos, las de Valencia y Bilbao, con el 2% y el 1% del total respectivamente. En España, coexistieron hasta hace algunos años dos mapas financieros en cuanto a su localización: el poder de decisión se concentra en las grandes metrópolis, donde están las sedes de los principales bancos, y por otro lado están las sucursales, dispersas por todo el territorio español para captar al mayor número de clientes posible.

El sistema bancario español lo componían tres tipos de entidades a comienzos del siglo XX: los bancos (empresas privadas cuyo objetivo es obtener beneficios. En España hay 150, de los que 70 son de capital español); las cajas de ahorro (a los objetivos de los bancos se suma el del interés público, por lo que parte de sus beneficios los dedican a fines culturales y sociales. Hay 46, de tamaño medio inferior al de los bancos); y las cooperativas de crédito (pertenecen a sus socios depositantes; situadas en pequeñas localidades para apoyar a pequeños ahorradores).

Economía de Hoy

La banca industrial y de negocios y la banca comercial son intermediarios financieros crediticios que se orientan hacia la promoción y la inversión en industria, comercio y servicios, como sus propios nombres indican. La mayores entidades eran el antiguo Banco Santander Central Hispano (BSCH) -hoy Banco Santander- y el Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria (BBVA), que ocupaban el primer y el segundo puesto respectivamente en España. A su vez, el Banco Santander llegó a ser uno de los diez mayores bancos del mundo (en 2008 ocupaba el octavo puesto); gran parte de su negocio se realizaba en Iberomérica, mientras que el BBVA ocupaba el puesto decimosexto del mundo. En 2021, las marcas de los 7 bancos españoles entre los 500 bancos más valiosos del mundo. 

Expansión

Las cajas de ahorro eran también intermediarios financieros crediticios, pero eran entidades públicas municipales o regionales con carácter social y sin ánimo de lucro. Surgieron como un servicio de fomento del ahorro y de acceso a los préstamos y créditos a escala pequeña y mediana, asociado al ciudadano medio y no a los grandes inversores; tenían la obligación de invertir una parte proporcional de sus beneficios en obras sociales. Antes de 2008, existían cuarenta y seis cajas de ahorros, que cubrían la totalidad del territorio nacional; algunos ejemplos eran Caja Madrid, Caja Duero, Caixa Galicia, o Cajasur -entidad dirigida por la iglesia católica-.

Con la crisis económica mundial surgida en 2008, y pese a que al principio se creyó que el impacto sería pequeño gracias al sistema de regulación y supervisión de las entidades, pronto se puso de manifiesto que era necesaria una reestructuración del sistema financiero de España, pues presentaba diversos problemas, especialmente de capital y de financiación, agravados por la peculiar estructura de las cajas de ahorros. Desde entonces, los bancos y las cajas de ahorros sufrieron una serie de operaciones de fusión, adquisición, transformación de cajas en bancos, con utilización de recursos públicos y privados, intervenciones del Banco de España, etc., cuyo principal efecto fue la conversión de la mayoría de las cajas en bancos así como la reducción del número de entidades financieras existentes, a la vez que se reducía también el número de oficinas, empleados, y costes de estructura, y se incrementaba su tamaño financiero individual. Es de destacar que en 2010 existían 45 cajas de ahorros mientras que en 2021 tan solamente quedan 5 grupos bancarios resultantes de ellas en diferentes procesos (Bankia, Unicaja, Kutxabank-Cajasur), además de dos cajas de ahorros que no se han visto afectadas (Caixa Ontinyent y Colonya, Caixa Pollença).

En cuanto a los bancos que no surgieron de cajas de ahorros, de la veintena de cierta importancia existentes en dicha fecha solamente quedan 4 grupos relevantes.

5.3. Los servicios a la empresa

Estas actividades son muy importantes, ya que marcan el nivel de terciarización de una sociedad. Así, la industria es uno de los mejores clientes del sector terciario, hasta tal punto que algunos servicios especialmente vinculados a la industria -los transportes, la distribución, los seguros y las finanzas, por ejemplo- son considerados por algunos autores como pasos intermedios del proceso productivo, es decir, desempeñan tareas complementarias que sirven para su funcionamiento interno. por lo que las pequeñas y medianas empresas (pymes) son sus principales clientes. Los cambios experimentados por el sector industrial en los últimos tiempos se han traducido en el desarrollo y la expansión de múltiples subsectores terciarios que giran en torno a los siguientes servicios especializados, selección, formación y gestión de personal contratado; asistencia y asesoramiento de contabilidad, gestión de cobro y pago; tratamiento de datos informáticos; servicios de limpieza, servicios de seguridad y vigilancia, limpieza, control de calidad de materias primas y productos acabados; estudios de mercado, publicidad, etc.

Las causas de este fenómeno son diversas:

  • La internacionalización de la economía, que obliga a nuestras empresas a conocer mejor los mercados y las innovaciones, a la vez que los acuerdos comerciales y las leyes laborales y fiscales.
  • La proliferación de las nuevas tecnologías, que genera nuevas necesidades en forma de expertos y consultores.
  • La implantación de nuevas prácticas de gestión, que lleva a las empresas a disponer de técnicos especializados o a contratar servicios de gestión y consultoría ajenos a la empresa.

Asimismo, es importante su capacidad de crear empleo y su preferencia espacial por las áreas de mayor desarrollo económico e innovación tecnológica. La distribución territorial de esta actividad presenta una elevada concentración en los núcleos urbanos con centralidad: capitales de provincia y grandes ciudades como Madrid o Barcelona,

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