4.1.1. Factores clásicos
Los factores que determinan la localización comercial se pueden clasificar en exógenos y endógenos. Los factores externos o exógenos son el transporte y las comunicaciones y el consumo; dentro los endógenos o internos, la organización de la distribución. Examinemos unos y otros, así como su incidencia en la localización.
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El transporte y las comunicaciones. Es evidente que para que haya comercio es necesario acercar el producto al minorista, el encargado de ofrecerlo al consumidor. La red viaria condiciona la ubicación de los comercios, de los almacenes distribuidores e incluso de las rutas de reparto. Los vehículos, esto es, la rapidez del transporte y la capacidad de conservación del producto posibilitan o impiden la comercialización. A su vez, una buena red de comunicaciones favorece que el comerciante pueda ponerse en contacto con el fabricante o productor. Internet ha supuesto una "revolución" en este sentido.
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El consumo. La densidad de población y su poder adquisitivo es otro factor relevante. Allí donde haya más población y mayor renta habrá más posibilidades de mercado y, por tanto, se instalarán los centros comerciales. Además, en la actualidad los estudios de publicidad y marketing analizan al posible consumidor con gran acierto, modelando en ocasiones los hábitos de consumo a través de la publicidad.
El principal factor interno es el de los canales de distribución, lo que equivale a decir la forma de acercar el producto al consumidor:
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En España, sobre todo el sector agroganadero se caracteriza por la dispersión geográfica y el minifundismo empresarial. La dispersión impide un acceso rápido y barato al mercado, encareciendo los precios de venta al público. Por otra parte, el minifundismo impide la estandarización y el envasado, por lo cual el productor se ve obligado a vender a granel: ello exige largos circuitos comerciales entre productores y consumidores con numerosos agentes intermedios que transporten, concentren, normalicen y distribuyan el producto, que saldrá al mercado a un precio elevado. Por el contrario, las grandes empresas organizan su propia red, acortan el circuito eliminando intermediarios y pueden, ofrecer mejores precios, comprando directamente a los productores o a los mercados de origen. En los productos agrícolas los principales mercados de origen son los MERCOS (Mercoalicante, Mercoguadiana, Mercomarcia, Mercoglasenela, etc.). La misma función desempeñan las lonjas en cuanto al pescado se refiere. La carne no ha logrado una eficaz red de distribución y el circuito resulta excesivamente largo, las grandes redes de establecimientos de comida rápida (hamburgueserías) han eliminado escalones. En el mercado de destino destacan por su importancia los MERCAS (Mercamadrid), que suelen estar conectados con algún MERCO, las lonjas y determinados mataderos.
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En los artículos no perecederos lo normal es que entre el productor y el detallista sólo haya un agente intermedio, el almacenista que puede desaparecer en las ventas directas. En el caso de sectores como los electrodomésticos y los automóviles pueden situarse en esta coyuntura. También, es el caso de otros bienes industriales que utilizan canales cortos; entre el fabricante y el comprador industrial suele haber un intermediario que adquiere o no la propiedad del producto (comerciante o agente).
Los condicionantes antedichos determinan la localización comercial. Las regiones, localidades o barrios de una ciudad con una eficaz red de transportes, con mayor densidad de población y con mayor renta per cápita están mejor abastecidas que las que no tienen esas condiciones. Por todo ello Madrid, Cataluña, Navarra, País Vasco y Cantabria, tienen mayores cotas de consumo y, como es natural, mejores redes comerciales. Exactamente lo contrario ocurre en Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Canarias. Y dentro de una misma ciudad están más y mejor abastecidos los barrios que poseen buena red de transportes urbanos o cuyos moradores tengan mayor poder adquisitivo. Caso aparte es la localización en la periferia de los grandes centros comerciales, como veremos después.
Asimismo, el canal de distribución también depende del tipo de empresa. Las pequeñas empresas, como hemos visto, utilizan canales largos. Por el contrario, las grandes empresas organizan su propia red de distribución y acortan el circuito, eliminando intermediarios y ofreciendo así mejores precios.