Definimos como sistema de transporte a aquel que permite el traslado físico de bienes y personas de un lugar a otro. Los medios utilizados para dicho traslado son los medios de transporte. Estos pueden ser terrestres (bien por carretera o por ferrocarril), marítimos y aéreos. Las grandes infraestructuras viarias y ferroviarias están interconectadas entre sí y reciben el nombre de redes, compuestas por vías, líneas, puntos y nudos Las redes de transporte constituyen los principales elementos sobre los que se vertebra el territorio y son un factor clave, aunque no único, en el desarrollo regional, al hacer a las regiones más o menos accesibles y atractivas para la actividad económica.

Por ello se hace necesario tender hacia el desarrollo de redes de transpone equilibradas, que repartan adecuadamente la accesibilidad por todo el territorio. En este sentido, diremos que el sistema español de transportes se organiza en redes distribuidas de forma desigual y, por tanto, es un sistema desequilibrado, donde no solo se observan diferencias en la densidad, sino también en la calidad técnica y, sobre todo, en la accesibilidad.
La primera organización del transporte en España la realizaron los romanos con el diseño de la red de calzadas romanas adaptadas al relieve peninsular. Pero las verdaderas raíces de nuestro actual sistema de transporte se remontan al reformismo borbónico. Desde Madrid, la capital, centro geográfico y geométrico del reino, partían los caminos como radios hacia los puntos principales de la periferia del país, dirigiéndose a las grandes ciudades portuarias y fronterizas. El desarrollo de la red de ferrocarriles se produjo a partir de la segunda mitad del siglo XIX y sus rasgos coinciden básicamente con la red de carreteras principales.

De esta forma, Madrid se convertiría en el nodo principal de las redes de transporte terrestre. Quedaba así una configuración radial de la red de carreteras que se ha perpetuado hasta nuestros días, si bien la política actual de transportes, tanto nacional como europea, pretende superar dicho modelo y adoptar una organización «mallada con vías de transporte transversales y verticales.
Tradicionalmente, eran las regiones costeras las que disfrutaban de unas mejores condiciones de accesibilidad gracias a sus puertos. Frente a ellas, las regiones del interior aparecían como espacios aislados. con pocas perspectivas de desarrollo, en un momento en que el transporte terrestre era caro y lento. Con la llegada del ferrocarril algunos nudos ferroviarios estimularon el desarrollo de ciertas regiones del interior. Pero fue realmente la llegada del automóvil, en el siglo XX, la que contribuyo a mejorar considerablemente dichas regiones y reforzar el carácter estratégico de Madrid.
La configuración de la red de transporte aéreo también responde al carácter radial mencionado, ya que Madrid-Barajas ocupa el vértice de la jerarquía aeroportuaria de España, con conexiones directas con los principales acro puertos situados en ciudades periféricas
Junto con la agricultura, el transporte es uno de los primeros temas sobre los que se ha desarrollado la política comunitaria de la Unión Europea. La política europea de transportes se centra en la eliminación de obstáculos en las fronteras de los países miembros como contribución a la libre circulación de personas y bienes España, hasta el momento, ocupa una posición periférica en el conjunto de la Europa comunitaria Les obstáculos naturales no han hecho sino aumentar los costes de conexión de España con nuestros vecinos de la UE, obstáculos que nos impiden participar en igualdad de condiciones en el mercado único.
Pero no son solamente los problemas naturales los que explican esa situación. Hasta tiempos recientes la red de transporte española ha sido muy deficiente. Y nuestras deficiencias en las infraestructuras implican un aumento de los tiempos de recorrido y de los costes de transporte que tenemos que superar. Para ello, los Fondos de Cohesión estipulados en el Tratado de Maastricht tienen como objetivo principal aportar ayuda financiera a los países periféricos, para que puedan mejorar sus infraestructuras de transporte, promover una movilidad segura y sostenible, y contribuir al fortalecimiento de redes transeuropeas de transporte.