Saltar la navegación

2.4. Andalucía en un mundo globalizado

2.4.1. Andalucía en el contexto mundial

Por su amplia extensión, superior a los 87 000 km², Andalucía es equiparable a algunos países como Austria, Jordania o Azerbaiyán, superando en superficie claramente a otros como Bélgica, Dinamarca o República Checa. Por su abundante población, 8,4 millones de habitantes, Andalucía se equipara a países como Israel, Austria, Honduras o Suiza. Su densidad, superior a 90 hab./km², la sitúan como un territorio densamente poblado, si bien, con cifras inferiores a las áreas de mayor densidad del mundo y de Europa.

Andalucía es un territorio esencialmente mediterráneo, pero también con una proyección atlántica y europea. Su papel en Europa y en el mundo se explica, en gran medida, por su posición geográfica a mitad de camino entre dos continentes y entre el Atlántico y el Mediterráneo. Su pasado milenario demuestra la multitud de culturas que han pasado por nuestras tierras, así como el protagonismo que jugaron Sevilla y Cádiz como "puertos y puertas de Indias" entre los siglos XVI y XVIII

Es, por tanto, una región universal que ha servido de puente a distintas culturas, pueblos y credos religiosos. Por este motivo, puede ejercer un papel mediador y ser punto de encuentro entre diferentes áreas geopolíticas y económicas, contribuyendo activamente a las políticas de cooperación y solidaridad en favor del desarrollo de zonas desfavorecidas.

En el ámbito económico, Andalucía cuenta con diversas ventajas y fortalezas. Dispone de una importante agricultura moderna bajo plásticos en Almería y en áreas de Huelva, de una industria agroalimentaria ampliamente extendida por todo el territorio y de algunos sectores industriales avanzados, como el aeronáutico y el de las energías renovables.

Cabe reseñar, en este sentido, la creación de Parques Tecnológicos como el de Málaga y el de Sevilla, que desarrollan proyectos de investigación en ámbitos como el aeroespacial, las energías renovables y el agroalimentario. Igualmente, es de destacar la importancia del sector turístico, uno de los más importantes de España, que cuenta con numerosos atractivos como nuestra riqueza cultural, la bondad del clima y un extenso litoral.

Con el establecimiento en España de la democracia, su conversión en comunidad autónoma y nuestra incorporación a Europa, Andalucía ha experimentado numerosos cambios a todos los niveles. Actualmente, es una sociedad terciarizada, como consecuencia del desarrollo económico que cuenta, en general, con un nivel de bienestar mucho más elevado que en décadas anteriores. Esto se ha traducido, por ejemplo, en la universalización de la asistencia sanitaria, de la escolarización, la prolongación de la esperanza de vida, así como en el crecimiento del consumo y bienestar de las familias andaluzas.

Por otra parte, como el resto de España, ha experimentado cambios en las estructuras familiares y laborales: en las últimas décadas se ha producido una creciente incorporación de la mujer al mundo laboral, la tradicional familia extensa tiende a ser sustituida por la familia nuclear y por otros modelos familiares, como las monoparentales, al tiempo que, como consecuencia de los flujos migratorios, se ha incrementado la diversidad cultural y el multiculturalismo.

2.4.2. Retos de futuro

A pesar de situarse entre las sociedades desarrolladas, en el nuevo siglo Andalucía tiene planteado diversos retos que debe afrontar para no perder el tren del desarrollo de las regiones avanzadas de Europa. Debe tenerse en cuenta que los indicadores andaluces de bienestar social y desarrollo se encuentran por debajo de la media de España y de la Unión Europea. 

Uno de dichos retos es el mantenimiento del Estado de bienestar, afectado por la reciente crisis económica, que garantice la prestación de servicios básicos de calidad -principalmente sanidad y educación-, la reducción de la población en riesgo de exclusión social y la disminución drástica de su elevada tasa de desempleo, por encima del 30%, en la que destaca negativamente el paro juvenil. En este contexto, habrá que atender también los discos del progresivo envejecimiento demográfico y desarrollar políticas sociales para lograr la igualdad efectiva de género, así como la integración de los inmigrantes que residen en Andalucía y los que, por nuestra proximidad a África seguirán llegando en el futuro.

En el ámbito económico, Andalucía debe contemplar, como objetivo fundamental, dejar de ser una región periférica en el contexto europeo y de los territorios más avanzados. Ello debe implicar el impulso de decididos programas de desarrollo de las zonas rurales que, como consecuencia de la herencia del pasado, presentan aún ciertos desequilibrios frente a las zonas avanzadas Seri necesario para ello promover el desarrollo de la agricultura tradicional de secano, incrementar la productividad agraria, expandir la agricultura de regadío moderna y buscar nuevos mercados para las exportaciones. Así mismo, será necesario potenciar el sector industrial y de servicios, incrementando el peso de las nuevas tecnologías y la competitividad de nuestras empresas, fomentar la inversión en I+D+i, superar la dependencia del subsector de la construcción y evitar la excesiva dependencia del turismo de sol y playa.

Andalucía no está exenta de los problemas medioambientales que afectan al mundo desarrollado y en un futuro puede verse afectada por el cambio climático. Por su posición geográfica puede estar expuesta a un escenario de desertificación, de sequías y estiajes prolongados, de elevación de las temperaturas, así como a otros efectos como la subida del nivel del mar y la pérdida de biodiversidad, que afectarían a nuestras zonas costeras y espacios naturales. De ahí la importancia de que la Junta de Andalucía, en colaboración con el Gobierno central y la Unión Europea, impulse las políticas necesarias para afrontar estos problemas en un futuro próximo.

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)