España, a la vez que europeo, es un país mediterráneo. El momento de mayor integración en torno a este mar fue el que se produjo desde finales del siglo I a. C. hasta el siglo IV d. C., con la pertenencia al Imperio Romano. Durante la Edad Media, España se hizo presente en la parte occidental y central del Mediterráneo mediante la política expansionista comercial y política de la Corona de Aragón, que llevó a la conquista de Baleares, Sicilia y Nápoles, Del siglo XVI al siglo XVIII hubo un reparto de influencia en el Mediterráneo entre España y el Imperio Otomano.
Hoy en día, España sigue teniendo intereses comerciales y políticos en el área mediterránea, especialmente en el norte del continente africano, del que incluso formamos parte (Ceuta y Melilla) y del que tan solo nos separan catorce kilómetros. La política española en el norte de África coincide en gran medida con la de la UE y se articula en torno a seis objetivos primordiales:
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Contribuir a la estabilidad política y social de los países norteafricanos.
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Influir en la implantación de regímenes democráticos.
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Lograr una mayor cooperación política, comercial, social y cultural.
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Fomentar el desarrollo económico de la región.
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Aliviar la presión migratoria hacia Europa.
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Evitar la implantación del islamismo radical.
Con estos fines, España participa con los demás miembros de la UE en la Unión por el Mediterráneo; ha suscrito Tratados de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con Marruecos, Túnez, Argelia y Mauritania; y promueve el conocimiento cultural a través de las actividades de los Institutos Cervantes,la Casa Árabe de Madrid y la Casa del Mediterráneo de Alicante.
Especialmente importante es la relación que tiene España con Marruecos, con el que mantiene un trato preferente, tras la firma del Tratado de Buena Vecindad y Cooperación (1991) que facilitaba las inversiones españolas en ese país a cambio de una mayor fluidez en el tráfico comercial marroquí con destino a los países europeos. Hay que tener en cuenta que es un país con el que tiene lazos históricos -el Protectorado español en Marruecos duró hasta 1953-, comerciales y humanos (por la gran inmigración de marroquíes). Sin embargo, también es el Estado del norte de África con el que existen mayores fricciones debido al desacuerdo en el proceso de descolonización del Sahara, la política pesquera y la reclamación marroquí de Ceuta, Melilla y. en menor medida, Canarias; posesiones directamente vinculadas a los reinos peninsulares desde los siglos XIV y XV.
Con Marruecos y con Argelia se firmó un acuerdo para la construcción de un gaseoducto, terminado en 1996 para el suministro de energía a nuestro país. Sin embargo, la creciente presencia del integrismo islámico y las tensiones entre ambos países norteafricanos sobre la cuestión del Sahara ha enrarecido nuestra relación con Argelia, después también del acercamiento español a las tesis marroquíes sobre la concesión de cierta autonomía a la antigua colonia española (2022). Argelia ha enfriado nuestras relaciones diplomáticas, aunque mantiene su colaboración económica.