La situación de la Península Ibérica, entre Europa y el Mediterráneo, ha provocado que, a lo largo de la historia, se hayan sucedido etapas de dominio comercial o político de diversos pueblos mediterráneos y que las diferentes culturas ibéricas, europeas y mediterráneas hayan contribuido a formar un verdadero crisol cultural en España.
La etapa medieval -con la sucesiva dominación de los visigodos y los musulmanes, y la formación de los reinos cristianos y la posterior “Reconquista”- marcó de forma decisiva la geografía y cultura de España. La proyección exterior de los reinos hispánicos, la Corona de Aragón en el Mediterráneo y la Corona de Castilla en el Atlántico, facilitó la expansión comercial, así como el descubrimiento y la colonización de Iberoamérica.
España durante el siglo XVI y parte del XVII fue la primera potencia mundial, con gran protagonismo histórico que fue a menos según fue avanzando la Edad Moderna, cuando Francia primero y el Reino Unido después, fueron desempeñando una papel más preponderante. Durante el siglo XIX fue proyectando una imagen exterior muy débil, una país de segunda fila en el ámbito internacional.sobre todo a partir de la Independencia de los países iberoamericanos y la pérdida de las últimas colonias (Cuba, Filipinas y Puerto Rico).
Así pues, entró en el siglo XX como un país europeo pobre, sin peso político internacional y con una sociedad y una economía atrasadas. Tras la Guerra Civil (1936-1939) y el aislamiento de los primeros años del régimen de Franco (1939-1975). España fue, poco a poco, integrándose en los organismos internacionales (en la ONU en 1955) y modernizando su economía hasta llegar a ser una economía desarrollada. Sin embargo, el gran salto en la posición de España en el mundo se produjo tras la Transición democrática (1975-1982), con la instauración de la Constitución de 1978 y la entrada en las Comunidades Europeas (1986): desde entonces nuestro país ha ido integrándose en las instituciones, alianzas, mercados y sistemas mundiales, además, contribuye a financiar la ayuda al desarrollo.
Ello ha proporcionado una evidente modernización del país, en la que ha influido el proceso de globalización económica. En la actualidad, nuestro país forma parte del conjunto de países desarrollados y tiene un destacado peso internacional en los ámbitos político, económico y cultural. Como muestra de este protagonismo, en 2012 se creó la Marca España. Se trata de una política de Estado que cuenta con un Alto Comisionado del Gobierno al frente y que tiene como objetivo la mejora de la imagen de nuestro país, tanto en el interior como más allá de nuestras fronteras. El gobierno socialista cambió en 2018 el nombre de Marca España por España global, manteniendo sus funciones hasta 2021, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores ha asumido las mismas.