La Subbética, desde un punto de vista geográfico, se presenta a los ojos del visitante como unas tierras de relieve accidentado, laberíntico y áspero; debido, a su formación típicamente mediterránea de origen alpino. El paisaje de esta forma queda definido por rocas calizas, que alternan con margas y arcillas en los fondos, todo esto da lugar a sus dolinas, poljes, lapiares y abundantes cuevas. Correspondiendo su formación a la era Mesozoica y Terciaria.
Los materiales que forman el Subbético se depositaron en una zona más interna de la fosa del Mar de Thetys durante el Mesozoico, proceso iniciado hace unos 250 millones de años. Al norte se hallaban emergidas las tierras que luego originaría, entre otros muchos lugares, Sierra Morena. Los cursos fluviales de esta zona seca vertían sus aguas hacia este mar, depositando los sedimentos rocosos erosionados. Más relevante resultaría también la acumulación de los esqueletos y los caparazones de los seres vivos que poblaban sus aguas, que dieron lugar a gran cantidad de fangos carbonatados que se transformarían en roca caliza, con un espesor de unos 4000 metros.
Estos materiales de estas sierras se originaron en tres momentos geológicos diferentes. Al principio, durante el triásico, se originaron arcillas, yesos y sales: estos son materiales blandos y en la actualidad se pueden documentar en las zonas más bajas y pueden datarse hasta 230 millones de años; durante el Jurásico (210-145 millones de años), se depositaron los materiales más duros, calizas y dolomías; en el Cretácico (145-65 millones de años), lo hicieron margas y calizas margosas de aspecto blanquecido. Por tanto, son poco frecuentes las lagunas estratigráficas y los materiales sedimentarios son propios de una zona más profunda -margas, margo-calizas, calizas y de tipo dolomítico-.
Hace unos 65 millones de años, cuando la Era Secundaria está a punto de finalizar, la placa tectónica africana comenzó a desplazarse hacia el norte para luego chocar con la placa europea, introduciéndose debajo de ella. Se trata de los movimientos orogénico alpino, que se extenderían durante el Oligoceno y el Mioceno. Los materiales depositados en el fondo del mar de Thetys fueron sometidos a fuertes presiones hasta que emergieron. El fondo de este mar había comenzado a plegarse hace unos 50 millones de años; hace unos 25, emergería formando un archipiélago. Estos empujes formaron pliegues y sobre todo, como el empuje fue mayor, estos fueron desplazados hacia el Norte constituyendo cabalgamientos sobre el resto de los materiales. También debajo de los materiales del Subbético existía una capa de margas yesosas del trías que favorecieron los cabalgamientos. Al final del Mioceno (cinco millones de años), se retiraron definitivamente las aguas y la base rocosa de las Sierras Subbéticas quedaron expuestas a la acción de los agentes geológicos externos. Estos modelaron su aspecto actual, al igual que resultó de la acción de los cinco periodos fríos del Cuaternarios, ya que durante el último de estos (Würm) las nieves perpetuas llegarían los 1000 metros sobre el nivel del mar.
Al igual que en la zona Prebética estos materiales fueron sometidos a la erosión, los materiales más duros formaron sierras más o menos agrestes y los materiales más blandos -margas y margo-calizas- fueron destruidos por la erosión y formaron los corredores. Desde entonces predomina la erosión que ha gobernado el modelado posterior de estos materiales, de tipo kárstico, dando lugar a lapiaces (Lapiaz de los Lanchares, de los Hoyones y de la Cueva de los Murciélagos); dolinas (dolina de Los Hoyones); uvalas y poljes (poljé de La Nava); simas (sima de Cabra); cañones (Río La Hoz); cuevas (Los Murciélagos y el Ángel); y fuentes vauclusianas (Fuente del Río en Cabra y Fuente del Rey en Priego de Córdoba). Son frecuentes la aparición de fósiles de bivalvos, ammonoideos (ammonites), belemnites, nautiloideos,
Esta comarca se enclava en una de las tres zonas principales del relieve de Andalucía, las Cordilleras Béticas, dividiéndose éstas a su vez en Sierras Subbéticas al norte, Cordillera Penibética al sur y la Depresión Intrabética en el centro. A su vez, las Sierras Subbéticas presentan un relieve compacto de amplias y extensas altiplanicies, junto a depresiones, dando lugar a macizos abruptos e independientes.
De esta forma en una visita geográfica de la comarca (Ortega Alba, 1975, 27-81), nos encontramos con:
El espolón montañoso divisorio tiene una orientación S.E.-N.O., debido a la disposición consecuente de los dos valles laterales principales que delimitan la comarca, aprovechando dos grandes desgarrones tectónicos que condicionan su trazado,. Está integrado de norte a sur por varias alineaciones montañosas, separadas por pasillos más o menos claros:
El Macizo de Cabra constituye la extremidad norte del espolón montañoso, con formas redondeadas y pesadas. Podemos distinguir un subsector septentrional, con Los Lanchares, Camarena y Sierra Alcaide. con una altitud media de 1.000 m. y una cota máxima de 1.380 m. en El Lobatejo, y un subsector meridional, con las Sierras de Jarcas y Gaena (840 m), separadas del conjunto por el pasillo de El Mojón de Cabra.
El Pasillo de Carcabuey está formado por estribaciones de menor importancia, las sierras Gallinera (1090 m) y de los Pollos (1080 m) separadas por pasos montañosos (puerto Escaño).
La grandes alineaciones centro-meridionales están formadas por las Sierras de La Horconera y de Rute, y constituyen el sector más elevado y agreste de las Subbéticas cordobesas, con las mayores cotas del conjunto provincial: Sierra Alta (1.326 m), Bermejo (1.476 m) y La Tiñosa (1.570 m).
El Pasillo de Las Lagunillas o del Salado es un estrecho y alargado corredor, ubicado a gran altura en su centro (800-900 m.) que presenta algunas suaves colinas en la aldea de Priego que le da nombre, y un promontorio rocoso al sur del río de la Hoz, en Rute.
La alineación de la Sierra de Albayate (1301 m) y de la Loma de las Ventanas (839 m) compone la franja más meridional y oriental del espolón divisorio, con escasas anchura y altura en el sector de Iznájar, aumentando hacia el NE.
La depresión Priego de Córdoba-Alcaudete compone el piedemonte oriental de la Subbética cordobesa. En lo fundamental es a cabecera hidrográfica del río Salado, al que hay que añadir parte de la cuenca del San Juan, el otro afluente del Guadajoz del que es tributario el río Caicena (Almedinilla). Muestra una disposición digitada con tres valles principales separados por dos interfluvios: entre el valle del río de Zagrilla y el Valle medio del Salado -Vega de Priego- se localizan la Sierra de los Leones y los Pechos; entre el Salado y el río Almedinilla, la Sierra de Albayate, la de los Judíos, y los cerros del sector de Fuente Tójar, con un corredor transversal Priego-Almedinilla, y otro menos relevante entre Fuente-Tójar y Castil de campos, al sur de la primera población
El piedemonte occidental parte de la vertiente septentrional de la cuenca medio-baja del río Genil y tiene un contacto poco diferenciado con la Campiña cordobesa; es prácticamente llano y de menor altura, proporciona la sensación de una llanura suavemente ondulada, solo interrumpida por la Sierra de Aras, la Loma del Mortero y el Genil y sus afluentes -como el Anzur-, que cruza el sur de la provincia, atravesando tierras de Iznájar y Palenciana; igualmente, proyecta un plano inclinado que arranca del flanco occidental del espolón montañoso, extendiéndose hasta alcanzar la tierras bajas de la Campiña de Montilla.
b) Climatología
En esta comarca se documenta un clima mediterráneo continental de influencia atlántica, con precipitaciones -en la actualidad- irregulares en invierno y muy escasas en verano. Las temperaturas oscilan entre los 29,5° en época estival y los 9° que contemplan pueblos como Priego, Rute e Iznájar, aunque la tónica habitual en invierno es de temperaturas suaves en el resto de los municipios.
Presenta veranos cálidos, pero relativamente suaves, e inviernos fríos, sobre todo de oeste a este.
La insolación media anual oscila entre las 2.600 y 2.800 horas de sol.
d) Hidrología
En las Sierras Subbéticas existen algunos cursos de agua que son afluentes y subafluentes de los ríos Genil y Guadajoz. Precisamente, la comarca Subbética está comprendida entre estos los ríos Guadajoz, al norte, y Genil, al sur.
Debido a la permeabilidad de las rocas calizas, no son frecuentes en las sierras pues el agua de superficie se infiltra y discurren subterráneamente, aflorando en la periferia de estas sierras en forma de manantiales y fuentes: Fuente Marbella, Fuente Aljama, Fuente del Río, Fuente de las Piedras, etc.
Existen dos embalses: el de Malpasillo y el de Iznájar. Este último es un embalse de regulación, de gran tamaño que a veces recibe el nombre de "Lago de Andalucía" a pesar de su carácter artificial.
Las Sierras Subbéticas representan un refugio para la vida en el centro de Andalucía y por ello ha sido declaradas Parque Natural, Zona de Especial Protección para las Aves, Zona de Especial Conservación de la Red Ecológica Europea Natura 2000 y Geoparque Mundial de la Unesco. En un contexto de vegetación típicamente mediterránea, están presentes diecisiete Hábitats de Interés Comunitario que albergan un número elevado de especies amenazadas del Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas), así como la mayor diversidad florística de la provincia de Córdoba (más de 1880 especies), incluyendo algunos endemismos exclusivos de estas sierras.
Estos altos picos favorecen el anidamiento de rapaces como el buitre leonado, el águila real o la perdicera, el alimoche, el búho real, la chova piquirroja y el roquero rojo. así como el halcón peregrino, cuya población es la más numerosa de toda la provincia, por lo que se ha erigido como emblema del Parque Natural. También podremos ver mamíferos como el gato montés, el jabalí, el zorro, algunas variedades de reptiles y anfibios así como una gran variedad de especies de mariposas. A su vez, las abundantes cavidades del geoparque ofrecen albergue a una importante diversidad de murciélagos, con dieciséis especies descritas. Además, las alturas de las sierras han garantizado, desde hace cientos de miles años, un microclima fresco en épocas más cálidas a especies que requerían temperaturas más bajas. Así, quedaron aisladas en las Subbéticas especies propias de latitudes más frías como el musgaño de Cabrera, el topo ciego, el torcecuello, la collalba gris y la cabra montés.
Su vegetación es típicamente mediterránea, dominando la encina el bosque junto a una gran proporción de quejigos. El matorral espinoso almohadillado destaca en las cumbres más altas, además del piorno fino y el piorno azul, conocido este como cojín de monja. Hay que destacar que otro de los grandes atractivos del Parque es la existencia de numerosas especies endémicas y de otras cuyas floraciones se suceden a lo largo del año, como los lirios, los narcisos, las peonías o las orquídeas, por lo que siempre podemos encontrar algo de color en su paisaje. Junto a ellas destacan una serie de arbustos de gran belleza como el lentisco y el acebuche entre otros. También encontraron refugio Armeria trianoi, Hypochaeris rutea y Orobanche subbaetica, desapareciendo del resto del planeta.
f) Espacios protegidos
El Parque Natural de las Sierras Subbéticas, declarado parque natural en 1988, se encuentra situado en la parte sur de la provincia de Córdoba y en pleno centro de Andalucía, formando parte de las cordilleras Béticas. Su superficie abarca 31 568 hectáreas de terreno repartido entre los municipios de Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros. Fue declarado “Sitio de Interés Natural” en 1927 por la Junta Central de Parques nacionales tras la visita de campo realizada por los geólogos reunidos en Madrid en el XIV Congreso Internacional de Geología (1926), que inició la promoción de su estudio y protección. En 2006, fue reconocido por la UNESCO como geoparque de España, e incluido en la red europea de geoparques (European Geoparks Networks) con el nombre Geoparque Sierras Subbéticas (Subbeticas Geopark), junto a otra treintena de espacios protegidos. Como principales instalaciones de atracción turística, el parque cuenta con un centro de visitantes (Santa Rita), un ecomuseo (Cueva de los murciélagos), varios miradores y nueve senderos. La geología se establece como base para introducir la diversidad biológica, arqueológica y cultural del área.
Cerca de Zuheros, la Cueva de los Murciélagos, habitada desde el Paleolítico Medio hasta época romana, con sus casi 1.000 metros de altura y un recorrido de unos dos kilómetros, es una de las cuevas más grandes de Córdoba y una de las formaciones más hermosas del Parque Natural Sierras Subbéticas. Como monumento natural, dispone de 32 hectáreas protegidas (fue declarado como tal en 2001). La génesis de la cueva se asocia a una gran fisura y desplome de bloques de roca. Aquí el agua al discurrir por materiales calizos origina pequeños lagos y espectaculares formaciones kársticas, destacando la Sala de las Formaciones, con una gran estalactita denominada espárrago, y la Sala del Órgano, con una pared repleta de bellas y complicadas figuras rocosas. En las salas más profundas aún habitan diversas clases de murciélagos que dieron nombre a esta cueva.
La laguna de los Jarales, situada en el término municipal de Lucena, es la de menor superficie. Se encuentra rodeada de afloramientos triásicos de calizas y margas. Su vegetación se compone fundamentalmente de tarajales y olivar. Sus aguas son testigos de especies como el ánade real.
La laguna Amarga y Dulce es otra de ellas y también se localiza en el término municipal de Lucena. Es la única laguna natural de aguas permanentes de la Subbética, tiene un cinturón peri lagunar compuesto fundamentalmente por tarajales y presenta una de las avifaunas más numerosa e interesante del conjunto de humedales del sur de Córdoba. Cuenta con un observatorio donde se puede admirar el pato malvasía.
La laguna del Conde o del Salobral es de mayores dimensiones comparada con las anteriores; se ubica en el término municipal de Luque y es de agua salada, además de ser morada de destacadas especies migratorias, pudiendo contemplar más de una veintena de diferentes aves acuáticas; se puede encontrar de forma ocasional el pato colorado o la focha común.
Como monumento natural destaca el embalse de Malpasillo, cercano a la aldea de Jauja (Lucena). Con una extensión de 512 hectáreas, en este entorno encuentran el hábitat ideal animales como el calamón, el aguilucho lagunero, la garza imperial y el pato malvasía.
El embalse de Iznájar se conoce como el mayor pantano de Andalucía. Ocupa tierras de las provincias de Córdoba, Málaga y Granada, su capacidad supera los 950 millones de metros cúbicos, posee más de 100 kilómetros de orilla y 32 de longitud. Por último, el paraje de Valdearenas, ubicado en el pantano de Iznájar, a una distancia de poco más de un kilómetro del núcleo urbano. Este lugar, con una longitud de playa de 1,5 kilómetros, hace que la zona no sólo sea apta para la práctica de la pesca o la observación de aves, sino también para disfrutar de una estupenda playa de agua dulce, para la práctica de deportes náuticos o el senderismo.