En las faldas de Sierra Morena, oculto tras una espesa vegetación que le hace pasar desapercibido, se yergue un conjunto monacal desconocido para muchos cordobeses: el cenobio de la Visitación de Nuestra Señora, donde residen las monjas de clausura de las Salesas, orden fundada por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca Frémyot de Chantal en 1610 en Annecy (Saboya, Francia). Una característica de la congregación, desde los tiempos fundacionales hasta hoy, es que acepta en la vida monástica a mujeres de salud débil o edad madura.
El imponente edificio, incluido en el Plan Nacional de Conservación del patrimonio cultural del siglo XX, fue levantado por el arquitecto Rafael de la Hoz-Arderius en 1962 y está cerca de la carretera de Santo Domingo. Está compuesto por una iglesia y el claustro de clausura, que incluye la capilla, sacristía, una cuarentena de dormitorios, sala de estar, comedor, cocina, aulas, zona de visitas, portería, y biblioteca.
La estructura del monasterio, que se encuentra en un buen estado de conservación, es de hormigón, con ladrillos vistos en la planta baja y pintados de blanco en la alta y en la iglesia.En cuanto a la fisonomía del conjunto, según el arquitecto Francisco Daroca, destaca por un «depurado compás formalizado por la ortogonalidad en rincón de las fachadas de la iglesia y del claustro». La portada de la iglesia «se significa jerárquicamente con respecto a la conventual, más austera y congruente con el sentido de humildad y sencillez de sus moradoras».
Templo y clausura se diferencian, además, por ceñirse el segundo volumétricamente a la planta superior de las dos proyectadas; mientras que la iglesia, por su parte, parte desde el suelo hasta la cubierta.
Un claustro geométrico, de proporción cordobesa, permite, según Daroca, la conexión visual entre el patio y la Sierra (en la planta baja); en la alta, «se elimina una crujía del ala norte para conseguir una terraza soleada para el sur del invierno».